La comunidad educativa del colegio Roís de Corella está más que indignada con la conselleria de Educación. En una reunión mantenida ayer con el inspector se les informó, por sorpresa, que tres de los maestros con plaza definitiva en este centro serán suprimidos el próximo año.
En realidad, esto es la consecuencia principal de la integración de los siete docentes del Josep Camarena, centro que desaparece el próximo curso por falta de alumnos, en la plantilla del Roís de Corella. Estos, que tampoco conocían las intenciones del Consell porque no se había negociado con ellos, cubren las cuatro plazas que quedaban vacantes en el Roís de Corella y, además, por antigüedad, desplazan a tres maestros de este colegio pese a que tenían su plaza definitiva, lo que les obligará a cambiar de destino y, seguramente, de ciudad.
La decisión tomada por el departamento que dirige María José Català no se acaba de entender por parte de los profesores ni de los padres, que ayer recibieron como un auténtico jarro de agua fría esta noticia.
Según denuncian, la conselleria se ha saltado el procedimiento habitual y, a través de un decreto, inédito hasta ahora y que se firmará en los próximos días, ha decidido que los maestros del Camarena se sumen al Roís de Corella.
El profesorado de ambos claustros estaban convencidos de que los del José Camarena serían suprimidos y, al tener preferencia para elegir destino, acabarían recolocados en otros centros de la ciudad mediante el proceso de concurso de traslado, pero no ha sido así. Sin embargo, algo que aún extraña más a la comunidad educativa, al alumnado del Josep Camarena, sí que se le ha dado la opción de matricularse en cualquier centro de la ciudad.
«Estamos a 3 de julio, con muchos maestros preparando ya las programaciones para el año que viene y ahora nos rompen todos los esquemas. Esta medida destroza la estructura interna del centro y no es nada beneficiosa para los alumnos, que perderán a los tutores con los que habían iniciado los ciclos», señalaba una maestra del Roís de Corella.
Un grupo de docentes del centro se trasladó ayer a la conselleria de Educación a pedir la paralización del decreto sin lograr los frutos deseados.
Desde el AMPA del centro también mostraron su enfado por la decisión de Català al considerar que el cambio repercutirá en la educación de sus hijos. «La conselleria ha actuado de forma muy irresponsable. Es indignante porque el derecho a una educación de calidad se verá gravemente perjudicado a causa de un cúmulo de errores y de la nula profesionalidad de los responsables educativos», señalaban. Los padres cuentan con el apoyo del sindicato STE-PV y de la Federación de Asociaciones de Padres de Alumnos (FAPA).