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COOPERACIÓN TERRITORIAL

Rebelión en las comarcas centrales

Las comarcas de l'Alcoià, el Comtat, la Marina Alta, la Vall d'Albaida, la Safor y la Costera han decidido traspasar la frontera provincial y reactivar el consorcio con el que pretenden constituirse como un «lobby» de presión para exigir inversiones y animar proyectos de innovación. Ayuntamientos, universidades, empresarios, sindicatos y el nuevo Consell de la Generalitat respaldan este organismo, inactivo desde 2002 por la falta de apoyo institucional, al pensar que querían formar una cuarta provincia.

Las Comarcas Centrales Valencianes vuelven a resurgir de entre las cenizas como el ave fénix. El territorio de l'Alcoià, el Comtat, la Marina Alta, así como los valencianos de la Vall d'Albaida, la Safor y la Costera, han decidido prescindir de las fronteras provinciales para reactivar el consorcio con el que pretenden constituirse como un «lobby» de presión para reivindicar inversiones. Ayuntamientos, universidades, empresarios, sindicatos y el propio Consell respaldan este organismo que permanecía inactivo desde 2002 por falta de apoyo institucional y por el temor infundado a que pudiese convertirse en el embrión de una cuarta provincia.

Para encontrar el origen del consorcio hay que hacer referencia a diferentes cuestiones y acontecimientos. Las denominadas Comarcas Centrales Valencianas están configuradas por unos territorios, situados a caballo de las provincias de Alicante y Valencia, que históricamente han tenido siempre muchos vínculos comunes a nivel social, cultural y económico. Sectores industriales como el textil, vías de comunicación como los ferrocarriles entre Alcoi y Valencia y el ya desaparecido entre la capital de l'Alcoià y Gandia, los condicionantes geográficos, el uso mayoritario de la lengua valenciana... Todo ello son factores que han contribuido a una interrelación que se ha mantenido con el paso del tiempo.

En conjunto, se trata de unas comarcas que suman unos 400.000 habitantes, con centenares de empresas industriales y un enorme potencial también en los sectores turístico y agrícola. Sin embargo, su emplazamiento fuera de las áreas de influencia de las capitales de provincia ha dejado a este territorio al margen de las decisiones e inversiones estratégicas, propiciando una situación de desventaja frente a otros enclaves vecinos.

En este contexto, y tras la entrada de España en la Unión Europa, la Comunitat Valenciana fue calificada como Región Objetivo I, lo que la dejaba en situación preferente para la recepción de fondos comunitarios para el desarrollo.

También en esa época un grupo de profesores e investigadores universitarios de Alicante y Valencia trabajaban sobre el concepto de los clusters empresariales, una estructura plenamente aplicable a las Comarcas Centrales Valencianas, como también después se puso de manifiesto en un informe que sobre esta zona llevó a cabo el Servicio de Desarrollo Territorial de la OCDE para identificar las mejores políticas a aplicar en materia de desarrollo y generación de empleo.

Poco antes, y bajo el auspicio del Ayuntamiento de Gandia, era presentado en Bruselas el denominado proyecto Concercost, que hacía referencia a distintas necesidades de este territorio y que recibió una subvención de 400 millones de pesetas.

Todas estas actuaciones tuvieron como consecuencia la constitución, en febrero de 1999, del Consorcio de las Comarcas Centrales Valencianas, aprobado por la Generalitat. Al mismo tiempo, los empresarios, uno de los sectores más comprometidos con la iniciativa, conseguían articular a 22 asociaciones en torno a la Red Empresarial de las Comarcas Centrales Valencianas, incluyendo a casi 40.000 empresas.

A partir de ahí, el organismo empezó a trabajar, sobre todo en la confección de estudios que aportasen un diagnóstico del territorio y los proyectos a llevar a cabo. Cuestiones como la mejora de las comunicaciones, la puesta en marcha de polígonos industriales mancomunados, la cooperación empresarial, la creación de una red de espacios protegidos o un plan para el desarrollo turístico y comercial estuvieron encima de la mesa, aunque sin llegar a prosperar en la mayoría de los casos.

Y es que las suspicacias creadas en torno a que el consorcio pudiera derivar en una cuarta provincia, la falta de apoyo por parte del gobierno autonómico del PP y el desinterés creciente de Alcoi y Xàtiva por el proyecto, provocaron que el organismo entrara en punto muerto, hasta dejar de celebrar reuniones en 2002.

Sin embargo, los resultados de las últimas elecciones municipales y autonómicas, que han traído consigo gobiernos progresistas tanto en los ayuntamientos como en la Generalitat, han propiciado que se retome la iniciativa. Tras los primeros pasos dados por los alcaldes de Alcoi, Xàtiva, Gandia y Ontinyent inmediatamente después de los comicios, fue el pasado día 20 de este mismo mes en la capital de la Vall d'Albaida cuando se decidía la reactivación del consorcio en una «cumbre» a la que asistían los primeros ediles de los principales municipios, los secretarios comarcales de CC OO y UGT, representantes empresariales y responsables de las universidades de Alicante, Valencia y Politécnica de Valencia. También el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, que mostró su pleno respaldo a la iniciativa y quiso alejar, para evitar nuevos malentendidos, el fantasma de la «cuarta provincia».

Los asistentes apostaron por que el consorcio actúe como un «lobby» para reivindicar necesidades e intereses comunes, vertebrar el territorio y acometer políticas en materia de reindustrialización, turismo, cultura, empleo y mejora de comunicaciones. También se abrió la puerta a incorporar a la iniciativa a las comarcas de la Marina Baixa y la Foia de Castalla. El organismo celebrará la primera reunión de esta su segunda etapa el próximo mes de enero.

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