Aún están en marcha algunas de las obras del primer Plan de Inversiones Financieramente Sostenibles que la Diputación de Valencia puso en marcha nada más arrancó la legislatura y la entidad que preside Jorge Rodríguez ya tiene preparados otros 3,1 millones de euros para inyectar a los municipios de la comarca de la Safor en una segunda fase de este programa.
A diferencia de lo que ocurrió en el primero, en este caso, los beneficiarios son los pueblos de menos de 5.000 habitantes, por lo que Gandia, Oliva, Tavernes de la Valldigna y Xeraco no recibirán en esta ocasión ayuda alguna.
La diputación entrega, en este caso, un máximo de 118.000 euros a los municipios de la provincia. Así, en la comarca, es Bellreguard, quien más recibe con 113.514 euros, al contabilizar 4.623 vecinos censados, mientras que Castellonet es quien menos ingresa con 31.827 euros.
Esta nueva edición de ayudas también se hará siguiendo los objetivos que se marcaron para el primero, según indicó Jorge Rodríguez. «Que el dinero se invierta pensando en las personas y no en los bancos, que las adjudicaciones se hagan mediante criterios objetivos y respetando la autonomía de los alcaldes y que las obras sean sostenibles». Con esto, el presidente de la Diputación de Valencia se refiere a que los proyectos que se lleven a cabo con este dinero no deben implicar sobrecostes ni en mantenimiento ni en conservación una vez construidos.
El organismo provincial ha marcado criterios que difieren dependiendo de los habitantes de cada municipio. Así, las localidades de hasta 500 habitantes recibirán 30.000 euros fijos más una variable de 13,70 euros por vecino. Por otro lado, aquellos municipios de entre 500 y 5.000 habitantes recibirán 50.000 euros más la misma variable de 13,70 euros por habitante.
Para poner en marcha esta segunda edición del Plan de Inversiones Financieramente Sostenibles, la Diputación de Valencia ha echado mano de los 12 millones de euros de remanente de tesorería del presupuesto de 2015.
Cabe recordar que este plan ha permitido a Gandia llevar a cabo varias inversiones durante el primer año de legislatura. La diputación regó a la ciudad con más de dos millones de euros del primer PIFS que han servido, entre otros, para rehabilitar las casetas de la plaza del Tirant, la peatonalización del Pont Vell o la zona verde que se construye en el aparcamiento del Tirant.
Para hacer efectiva la ayuda, los consistorios tienen ahora un mes para solicitarlo. Las obras, que pueden ser tanto de nueva Ejecución como de reforma, podrán llevarse a cabo hasta el otoño de 2017. Los consistorios podrán cubrir con esta dotación cualquier actuación que haya sido adjudicada desde el 1 de enero del presente año.
Estos planes que hacen uso del superávit del organismo se suman a otros programas como el PPOS, otra iniciativa tan reciente que muchos municipios aún no han decidido a qué proyectos destinar el dinero que les llegue de ese plan. Algunos, como Xeresa o Benifairó de la Valldigna lo quieren exponer para que sean los vecinos quienes decidan las obras a llevar a cabo.
Con este tipo de aportaciones, la Diputación de Valencia permite a los ayuntamientos con pocos recursos llevar a cabo inversiones importantes destinadas a construir nuevas infraestructuras o a recuperar aquellas que presentan un estado más deteriorado y ha sido de gran ayuda para los alcaldes sobre todo durante la crisis.