Las intensas lluvias de la semana pasada han reactivado, en Xeraco, la vieja polémica sobre el uso de las bombas y las turbinas del marjal para vaciar esta zona, en sus áreas agrícolas, y evitar daños a los árboles debido a una prolongada inundación.
Compromís, que cuando estaba gobernando fue acusado por el PP de no gestionar bien esas infraestructuras y, así, permitir inundaciones por muchos días, le ha devuelto la pelota ahora al alcalde del PP, al que acusa de incumplir su promesa de poner todos los medios para vaciar de agua los bancales cuando llueve intensamente. Pero, como ocurría antes, tampoco ahora unos y otros se ponen de acuerdo en el relato de lo ocurrido.
Jacinta Rubio, de Compromís, acusó ayer a Mascarell de «incumplir» la promesa que hizo en junio pasado a los agricultores para impedir que el marjal se inundara porque tras las lluvias de la semana pasada, de unos 250 litros por metro cuadrado en esa zona, las zonas agrícolas del marjal se volvieron a inundar. Rubio añade que el alcalde del PP no ha reparado la estación de bombeo que anunció para sacar el agua de esa zona.
El alcalde, sin embargo, niega la acusación y narra que dos días antes de que empezara a llover de forma torrencial ya se activaron las bombas municipales de extracción del marjal y que, a partir del domingo, momento en que empezó a caer agua, esa acción se coordinó con las turbinas de la finca del Canyaret, que tienen una mayor potencia de caudal.
Según Mascarell, eso ha permitido que las inundaciones hayan sido puntuales y no se hayan prolongado durante días, como ocurrió el pasado mes de abril. Las bombas se mantendrán en activo mientras las escorrentías de este episodio siga aportando gran cantidad de agua a la zona.