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El activista Joan Cogollos, a su llegada a los juzgados, arropado por un centenar de personas que le esperaba para darle su apoyo. | T. ÁLVAREZ CASANOVA

Juicio a un símbolo de la solidaridad

Su abogado, Raúl Burgos, cree que se demostró que «algunos policías mienten»

Exhausto después de más de cinco horas de juicio, pasadas las cuatro y media de la tarde salía del edificio de los juzgados de Gandia Joan Cogollos. Lo hizo igual que a su entrada, arropado por un grupo de personas que le aplaudía y le daba abrazos y ánimos. Él, con su semblante de siempre y tras una reverencia, se quedó inmóvil ante el los concentrados sosteniendo un cartel en el que se podía leer la palabra «Gràcies», como ya había hecho unas horas antes. No pudo reprimir el llanto, sobre todo al ver a su familia: «Esta es la herencia que dejaré a mis nietos», gritaba señalando a una pequeña que estaba entre el grupo, también con lágrimas en los ojos. Fue como un desahogo después de toda la tensión acumulada durante este tiempo.

Cogollos, a la salida del juicio, da las gracias al grupo que aún le esperaba. | JORDI ESTEVAN

El juicio ha quedado visto para sentencia, que se conocerá en unas semanas. El abogado de Cogollos, Raúl Burgos, en palabras a Levante-EMV señalaba que la vista «ha servido para demostrar que algunos policías mienten». El letrado explicaba que los denunciantes habían cambiado la versión y «al ver que en los vídeos no aparece la agresión han pasado a decir que había sido diez o quince minutos después, cuando se había roto el cordón policial porque era la única defensa que tenían». «Además, hoy resulta que el policía ya no ha dicho que Joan le lanzó contra la pared, sino que lo lanzó hacia la pared y que no llegó a impactar en ella», indicaba. La defensa de Cogollos intentó demostrar que «Joan nunca tuvo contacto físico con ningún policía».

Fue una jornada muy intensa, que arrancó con una concentración a las 10.30 horas de la mañana a las puertas del juzgado, una hora antes de la que estaba programado el juicio, para mostrar apoyo al activista de 75 años acusado de agredir a un agente de la Policía Local en un desahucio en Oliva. Más de un centenar de personas, entre familiares, amigos, compañeros de la Plataforma d’Afectats per la Hipoteca (PAH) y el 15M de la Safor y también víctimas de desahucios a las que Cogollos ha ayudado en estos diez años le arroparon con gritos de «¡totes som Joan!», «la llei mordassa és una estafa!», «se nota, se siente, la PAH está presente» o «llibertat Joan», entre otras consignas. El vicealcalde de Gandia, Josep Alandete, y el concejal de Cultura, Nahuel González también acudieron. Este último, de hecho, estuvo hasta su salida del juicio. El grupo fue creciendo a medida que pasaban los minutos con personas llegadas de diferentes puntos de la comarca, entre ellos Tavernes, de donde es natural Joan Cogollos.

Antes de acceder al juzgado, un enorme pasillo formado por los amigos que ha ido haciendo a lo largo de sus años de activismo le deseó suerte entre aplausos, gesto que él también devolvió.

En palabras a este periódico, el propio Cogollos mostraba su agradecimiento «por todo este apoyo, porque ayuda mucho a sobrellevar este tipo de situaciones que te encuentras en la vida». El activista añadía que «yo creo en la Constitución y la defiendo, si otros no lo hacen, es su problema», y aseguraba que «hay actuaciones que no parecen demostrar que estamos en un estado de derecho».

A medida que pasaban las horas, la inquietud crecía en la calle, donde cada vez había menos gente, debido a las obligaciones personales o profesionales de cada uno. En los diferentes corrillos, por una parte, había confianza de que la última prueba aportada, un vídeo grabado por un Guardia Civil, sería clave para demostrar que Cogollos, como él siempre ha defendido, no agredió a nadie durante aquella tensa mañana de septiembre del 2018. Por otra, lamentaban que una persona de 75 años tuviera que ser sometida a una vista tan larga, en la que no hubo receso para comer. Dentro se sucedían las declaraciones del acusado, el denunciante y de los testigos de ambas partes.

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