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Edificios de viviendas ubicados en primera línea de la playa de Gandia, en el paseo marítimo Neptú. | NATXO FRANCÉS

La Safor pierde un 8,3% de pisos turísticos que han pasado al alquiler convencional

Los municipios de costa son los que más han sufrido esta pérdida, con bajadas de hasta el 17%

Con la irrupción de las plataformas digitales y las aplicaciones de móvil de alquiler de apartamentos se facilitó muchísimo el proceso. Muy pronto se puso de moda esa costumbre y fueron muchos propietarios y muchas propietarias que tenían viviendas vacías los que vieron un filón y una oportunidad de negocio para conseguir unos ingresos extra.

La Generalitat, con el objetivo de que este tipo de práctica se revistiera de legalidad implantó el Registro de Viviendas Turísticas al que debían inscribirse todas aquellas que se pusieran en el mercado para tal fin. Llevan unos años, además, compitiendo de forma muy seria con los hoteles.

Pero la pandemia ha frenado de forma muy importante este modelo turístico. Así queda reflejado en los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), que apunta que en la comarca de la Safor se ha reducido en un 8,3% el número de viviendas turísticas en un año.

El último dato recogido es del pasado mes de agosto. Si se compara con el mismo periodo del año anterior, los municipios de la comarca ha reducido el registro de pisos destinados al alquiler turístico en 221. En concreto, ha pasado de 2.646 viviendas turísticas registradas a 2.425.

El principal motivo que se apunta para esta reducción tiene que ver, como no podía ser de otra forma, con la crisis sanitaria. Los propietarios y las propietarias, al ver que se paralizaba prácticamente toda la actividad turística, se decantaron por cambiar el modelo y ahora apuestan más por ofrecer sus viviendas para el alquiler a largo plazo, el que podría llamarse alquiler convencional. Eso ha provocado que se reduzca la oferta de viviendas turísticas en los municipios de la comarca.

Solo en dos localidades no hay registrados pisos destinados al alquiler turístico. Se trata de Daimús y Simat de la Valldigna, que no aparecen en el registro.

Un total de doce localidades pierden viviendas dedicadas a ese mercado. En la mayoría de ellas, además, el número es bastante elevado. Como es lógico, el mayor impacto de este fenómeno se da en Gandia, que registra 89 viviendas menos, al pasar de 1.102 a 1.013, lo que supone un 8% de descenso en el periodo de un año. El resto de municipios que registra importantes bajadas, hasta doce, son en su mayoría de costa. Oliva experimenta una bajada de 48 viviendas turísticas (6%), en Piles han salido 28 (6,7%) al pasar de 89 a 61, en Xeraco hay 27 menos (12%), de 211 a 184, mientras que Tavernes de la Valldigna ha perdido 17 inmuebles (14,5%), al pasar de 115 a 98. Miramar ha visto cómo bajaban de 68 a 56 perdiendo 12 (17%), mientras que en Barx registra 9 menos (de 43 a 34) y Ador seis (de 23 a 17).

El resto de localidades o se ha quedado como estaba en el año anterior o ha incrementado su número, siempre en cifras muy pequeñas salvo Bellreguard, que presentaba un aumento de 11 viviendas turísticas en 2021 respecto al mes de agosto del año anterior y se situaba en un total de 57.

Esta reducción de pisos en alquiler para el turismo coincide, a su vez, con otro fenómeno que se ha registrado durante la pandemia, como es el aumento de la compraventa de viviendas, muchas de ellas pertenecientes anteriormente al mercado de los pisos y casas de alquiler turístico. Los propietarios han visto la oportunidad de conseguir una mayor rentabilidad.

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