Algo menos de la mitad de la población española, unos 20 millones de personas, padecen al menos una enfermedad crónica, unas cifras que se esperan que sigan creciendo de forma continuada debido al envejecimiento de la población, ha explicado Joaquín Estévez, presidente de la Sociedad Española de Directivos de la Salud SEDISA, quien apuesta por "la formación del paciente crónico como protagonista del control de su propia enfermedad".

Actualmente, más del 70% de los mayores de 65 años tiene alguna enfermedad crónica, siendo cuatro la media de patologías por persona, por ello el paciente crónico se ha convertido en uno de los retos más importantes de los sistemas sanitarios.

Cómo atender a estos pacientes y gestionar sus enfermedades ha sido uno de los temas centrales de la Jornada 'Nuestro reto: el abordaje de la cronicidad', organizada la pasada semana de forma conjunta por la Fundación de la SEDISA y el Servicio Riojano de Salud (SERIS), que está teniendo lugar en el Hospital San Pedro de Logroño y que se realiza con la colaboración de Fresenius Medical Care, Novartis y Pfizer.

Entre las principales conclusiones se ha defendido la importancia de integrar todos los datos del paciente y compartirlos en todos los ámbitos asistenciales es fundamental para afrontar el reto de la cronicidad.

Al respecto, la doctora Mª Luz de los Mártires, gerente del SERIS, ha recordado que "garantizar la continuidad e integridad de la atención es el reto y objetivo de todo sistema sanitario, consolidando un modelo de asistencia sanitaria compartida entre Atención Primaria, Especializada y los Servicios Sociales y trabajando con procesos clínicos integrados entre todos los ámbitos asistenciales".

Por su parte, la doctora Emma Huarte, jefe de la Sección de Nefrología del Hospital de San Pedro y representante institucional de la Estrategia de ERC del Sistema Nacional de Salud, ha explicado que la atención a la ERC "debe ser una atención global, que aborde la totalidad de las fases por las que discurre, desde una primera preventiva y de promoción de hábitos de vida saludable hasta el abordaje y el tratamiento de las complicaciones asociadas a la enfermedad".

Además, debe integrar a los diversos ámbitos asistenciales, promoviendo la comunicación, colaboración y coordinación entre los diferentes profesionales implicados, lo que permite que la enfermedad pueda ser acometida con homogeneidad. Y es que, recuerda, "la ERC es un proceso continuo que se inicia en la Atención Primaria (foco fundamental de la detección) y finaliza en la Atención Especializada (referencia última del tratamiento renal sustitutivo)".