Te levantas por la mañana, te miras en el espejo y ahí está. Una espinilla o un grano. Creías que era un problema exclusivo de la adolescencia, pero no... las espinillas son micro lesiones dérmicas que pueden aparecer en cualquier momento, sin importar la edad. Aunque es cierto que los granos suelen ser más comunes en la adolescencia, ocasionados por los desajustes hormonales propios de la edad, lo cierto es que estos problemas hormonales pueden producirse a lo largo de la vida y ocasionar pequeños brotes en la piel.  

Además de problemas hormonales hay otros factores que pueden desencadenar las espinillas. Se trata de la grasa y la suciedad. Estos dos factores son claves. El exceso de grasa en la piel tiene consecuencias y favorece la aparición de granos y puntos negros en la piel.  

El hecho de tener una piel grasa se debe a una sobreproducción de sebo por parte de las glándulas sebáceas que recubren todo el cuerpo y, en especial, la cara. Este exceso de grasa hace que los poros se dilaten y acumulen más suciedad. Es en ese momento cuando aparecen los puntos negros y cuando el riesgo de espinillas y granos aumenta. 

El exceso de grasa en la piel desencadena una reacción inflamatoria cuando los poros se taponan

Un poro dilatado y lleno de grasa y suciedad acaba taponado y si el sebo que segrega la glándula sebácea no puede salir acaba inflamándose y produciendo un grano. 

 

Sin embargo, existen remedios caseros y comerciales para evitar estas complicaciones que. De hecho, hay algunos tan antiguos que hasta Cleopatra los utilizó, porque sí... los granos y las espinillas también existían entonces. Los primero que hay que lograr es una limpieza correcta de la cara y de los poros. 

En este caso el ingrediente que puede ayudarte a conseguir este efecto ‘detox’ de la piel es el vinagre de manzana. Sus ácidos orgánicos pueden limpiar y desinfectar la piel para evitar que los poros se infecten y acaben provocando un brote de espinillas. Además, ayuda a mejorar la cicatrización de la piel y actúa contra el exceso de grasa. 

El vinagre ayuda a limpiar la piel y a desinfectar los poros

¿Cómo utilizar el vinagre para limpiar la cara? 

En primer lugar, mezcla una cucharada de vinagre de manzana con cuatro de agua. Puedes utilizar agua templada. Aplica esta mezcla de vinagre diluido sobre el rostro con ayuda de un algodón y deja actuar 5 minutos.  

A continuación, aclara la piel con agua fría y sécala. Este remedio permite limpiar el exceso de grasa en la piel y actuar sobre las pequeñas infecciones que pudiera haber en los poros. 

Ahora puedes aplicar otra mezcla que contribuya a una buena hidratación de la piel. En este caso utiliza un par de cucharadas de yogur natural sin azúcar y una cucharadita de piel. Mezcla bien los dos ingredientes hasta conseguir una mezcla homogénea y aplica directamente sobre la cara. Deja actual durante otros cinco o diez minutos y limpia la cara con agua. 

Cleopatra ya usaba miel mezclada con lácteos para hidratar la piel y regular su Ph

Estos dos ingredientes son muy hidratantes para la piel. La miel, además, tiene propiedades antisépticas que ya conocían en Egipto. De hecho, existen pruebas documentales de que en la antigüedad, se utilizaban tónicos faciales de miel y lácteos para hidratar la piel de la cara y del cuerpo.