Inmersos en el tercer verano con coronavirus, los contagios se han disparado.

España ha notificado, de acuerdo al último informe del Ministerio de Sanidad, 50.235 casos y 122 fallecimientos en la última semana.

La incidencia en los últimos 14 días en personas mayores de 60 años (la única que se registra) se sitúa en los 653,25 casos por cada 100.000 habitantes.

En la actualidad, hay 7.793 pacientes ingresados, 361 de ellos en Unidades de Cuidados Intensivos.

La variante ómicron sigue siendo la dominante en nuestro país, mientras que sus sublinajes BA.4 y BA.5 se abren paso.

  • “Los cribados aleatorios mediante PCR específica para el linaje  BA.2 han detectado en la semana 23 de 2022 (6 a 12 de junio), porcentajes que oscilan en las diferentes CCAA entre el 33,2% y el 73,8%. Esta misma semana, para los linajes BA.4 y BA.5 se encuentra entre el 5,4% y el 64,9%”.

Estos linajes fueron detectados por primera vez en Sudáfrica y el Centro Europeo para el Control y la Prevención de Enfermedades (ECDC) prevé que se conviertan en los “dominantes” en toda la Unión Europea, lo que dará lugar “a un aumento de los casos en las próximas semanas”.

Portugal fue el primer país de nuestro entorno en el que se detectó un aumento del linaje BA.5, que llegó a convertirse en el dominante en el mes de mayo, coincidiendo con un aumento en la incidencia de casos de COVID-19.

Ahora, son varios los países en los que uno o varios de estos linajes están desplazando a BA.2.

Probetas de pruebas PCR, en una foto de archivo. Eduardo Parra - Europa Press

BA.4 y BA.5: ¿Más contagiosas?

Según un estudio de Harvard Medical School, y publicado en el New England Journal of Medicine, las variantes de ómicron “escapan” de la inmunidad adquirida por infección previa o vacuna.

Por tanto, son “más contagiosas”, pero no causan que la enfermedad de SARS-CoV-2 sea más grave.

En esta línea, un estudio de la Universidad de Pekín, y hecho público en Nature, confirma que quienes se infectaron con la primera versión de ómicron (cuando estallaron los contagios a finales del pasado año), están protegidos contra BA.1, pero no contra BA.4 y BA.5.

¿Han cambiado los síntomas?

El último informe de la salud pública francesa explica que con estas variantes, los síntomas del coronavirus se han reducido a cuatro días.

También hay mayor probabilidad de presentar pérdida de olfato (anosmia) y del gusto (ageusia). Los síntomas más frecuentes de BA.1 eran vómitos, náuseas y diarrea.

¿Cuáles son los síntomas de BA.4 y BA.5?

  • Fatiga o astenia, detectado en el 75,7% de los positivos, como señala la salud pública de Francia.
  • Tos y fiebre, común en el 58,3% de los contagiados.
  • Cefalea (dolor de cabeza), frecuente en el 52,1%.
  • Secreción nasal, 50,7% de los afectados.

Las vacunas evitaron casi 20 millones de muertes por covid en el primer año

No obstante, hay otros síntomas propios del SARS-CoV-2 que siguen siendo habituales:

  • Dolor muscular.
  • Dolor de garganta.
  • Vértidos.
  • Dificultad para respirar.

El informe, sin embargo, especifica que no se están produciendo ingresos hospitalarios de carácter grave.

“Actualmente, nada indica ningún cambio en la gravedad de los casos infectados con BA.4 o BA.5 en comparación con otros sublinajes de ómicron”.

¿Puedo reinfectarme?

Sí. Y cada vez está más claro. Pacientes infectados con la primera variante de ómicron ya están reportando segundas infecciones con las versiones más nuevas de la variante:

  • BA.2 o BA2.12.1 en los Estados Unidos
  • BA.4 y BA.5 en Sudáfrica.

Los investigadores han indicado que todavía podrían tener una tercera o una cuarta infección incluso dentro de este mismo año.

Así, epidemiólogos de la Universidad de Stellenbosch en Sudáfrica consideran que no serán casos aislados, sino que incluso podrá convertirse a largo plazo en algo habitual:

  • “El virus va a seguir evolucionando y probablemente habrá muchas personas que contraigan muchas, muchas reinfecciones a lo largo de sus vidas”.

Lo peor es que, incluso siendo leve, un pequeño porcentaje puede acabar desarrollando la COVID persistente, con las complicaciones que ello puede suponer para una vida "como antes".