Las vacaciones no son sólo sinónimo de descanso sino también de tiempo. Ahora podemos disfrutar de esas horas que nos faltan durante prácticamente todo el año para hacer lo que de verdad nos gusta, leer, pintar… y, por supuesto, practicar deporte.

Algunos están ya acostumbrados a hacer ejercicio físico de forma regular y ahora pueden aumentar el tiempo que dedican a ello.

Otros, en cambio, decidirán empezar a practicar algún deporte aprovechando las vacaciones estivales.

Para cualquiera de ellos, los especialistas de la Sociedad Española de Traumatología del Deporte tienen algunos consejos para evitar los accidentes o molestias propias de poner el cuerpo en marcha durante el verano.

Hay varios aspectos a tener en cuenta. El primero son las condiciones ambientales del lugar donde se va a practicar:

  • Atención a la temperatura: Mientras practicamos deporte, «el 55% de la energía producida por las reservas orgánicas se transforma en calor. Por ello, para mantener la temperatura corporal estándar de 37º C, el cuerpo humano necesita perder calor, fundamentalmente al evaporarse el sudor» explica el doctor Fernando Ávila España Médico especialista en Cirugía Ortopédica y Traumatología.
  • Hay que recordar que con un 80% de humedad y una temperatura de 32º C, el cuerpo no evapora agua por el sudor debido a que el porcentaje de agua en la piel y en el aire circulante es el mismo, por lo tanto, no hay pérdida de calor.
  • Viento: Cuando hay viento se incrementa el flujo de aire sobre la piel, por lo tanto, también se aumenta la pérdida de calor.
  • Sol: incrementa la temperatura del cuerpo, no sólo por las radiaciones solares recibidas directamente mientras practicamos deporte, sino también las reflejadas por el agua y la arena.

Además, hay que tener especial cuidado con la piel, debido al riesgo de quemaduras y cánceres de piel.

Una vez que tenemos claro cómo influyen las condiciones ambientales en nuestro cuerpo es hora de tener en cuenta otros aspectos de la práctica deportiva.

¿Qué ropa es más apropiada?

La ropa debe favorecer la pérdida del calor corporal, así que cuantas menos prendas llevemos mejor. Y los criterios generales recomendados por los especialistas son:

  • Prendas fabricadas con fibras naturales.
  • Usar ropa holgada para que el sudor pueda evaporarse y no sea absorbido por las prendas.
  • Cuanto más claros sean los colores, mejor. Porque reflejarán los rayos solares.
  • Proteger los ojos con gafas de sol.

¿Qué y cuánto beber?

El especialista en traumatología lo tiene claro, «la mejor bebida recuperadora es el agua».

  • Antes de comenzar se deben beber unos 250 ml.
  • Durante la práctica deportiva es esencial seguir bebiendo agua. ¿La cantidad?, el doctor Ávila España recomienda «250 ml cada 30 minutos. El deportista no debe tener nunca sensación de sed, pues cuando ésta aparece el atleta está deshidratado».
  • Una vez que terminamos nuestra sesión, es hora de recuperar todo el líquido que hemos perdido por el sudor.

Estas pautas de hidratación van dirigidas fundamentalmente a prevenir los golpes de calor.

En el caso de que durante el ejercicio sintamos dolor de cabeza, náuseas, mareos o taquicardias hay que parar inmediatamente y buscar un sitio de sombra para descansar y tumbarse.

A continuación, hay que ingerir agua a pequeños sorbos y en caso de no recuperarnos correctamente, llamar o acudir a un centro sanitario.