A propósito de los sesenta años que acaba de cumplir en cartel La ratonera, de Agatha Christie, en el St. Martin's Theater de Londres, el escritor y crítico teatral Marcos Ordóñez ha dedicado un pormenorizado trabajo a Las obras teatrales más longevas del mundo. En lo que se refiere al ámbito nacional cita, por ejemplo, Cinco horas con Mario, la memorable creación de Lola Herrera, o Enseñar a un sinvergüenza, que Pepe Rubio representó durante casi veinte años. Habría que mencionar la desopilante La venganza de don Mendo que, desde que Muñoz Seca la estrenó en 1919, no ha dejado de estar presente, de una u otra forma, en el repertorio profesional y en las compañías de aficionados de toda España, y también en sus adaptaciones al cine. Imposible olvidar la interpretación magistral de Fernando Fernán Gómez en el imperecedero Don Mendo pergeñado por el autor andaluz.

Que ahora, por sorpresa, resucita convertido en Bernat, un noble imaginario del Reino de Valencia durante la época de Jaime II, en el siglo XIII. ¿Cómo se ha operado la metamorfosis? Por obra y gracia (muchísima gracia) del estupendo actor Joan Molina, que en La venjança d'en Bernat ha llevado a cabo una libre adaptación del texto original de Muñoz Seca en nuestra lengua. Y le ha salido redonda.

Joan Molina es un tipo singular. Se trata probablemente del único actor español formado en Italia, nada menos que en la escuela del gran Vittorio Gassman, aunque llegaba de Valencia como perito industrial. Internacional y polifacético, Molina no ha abandonado nunca su buen valenciano del Maestrazgo, donde nació. Así le hemos visto -y disfrutado- dando vida en la pequeña pantalla al bienquisto alcalde de l'Alqueria Blanca, pero su historial se nutre de mucho teatro, no poco cine, y otras aplaudidas series televisivas.

Tanta experiencia escénica y tanto caudal de vida han hecho surgir en él al escritor, revelado en este "divertimento" socarrón, La venjança d'en Bernat, que parece recuperar la extensa tradición del teatro satírico valenciano, con una potencia y colorido expresivo arrolladores. Las tiradas de sonoros versos, la caricatura acerada de los dramomes de época construidos por Pedro Muñoz Seca, hallan en la escritura de Joan Molina un eco regocijante, de comicidad irresistible, acentuada por un valenciano gráfico, fluido y familiar, que no rehuye incluir más de un castellanismo. Los motivos, como dice Molina en el prólogo, son dos: "D'una banda, respectar de vegades la rima, de vegades la mètrica. De l'altra, intentar arrancar el somriure del lector i, en cas de ser representada, provocar la riallada de l'espectador". Doy fe de que lo consigue. La venjança d'en Bernat es un libro-un libreto teatral- altamente recomendable en estos tiempos. Como bien ha dicho Javier Marías, "Cuanto más ardua la cotidianeidad, más se necesita evadirse durante un rato al día. Hora y media de una película, una hora de lectura al final de la jornada".

El divertidísimo texto de Joan Molina, cuidadosamente editado por Onada, será presentado el martes próximo a las 19 horas en Ámbito Cultural de El Corte Inglés (Colón, 27) con intervención del autor, y del actor Paco Sarro.