Las personas que pasaron por delante de un cajero automático de la calle Alcalde García Conde de Oviedo, a eso de las cuatro de la madrugada del domingo, reaccionaron de varias maneras. Unos se quedaron mirando. Otros aceleraron el paso. Hubo quien se santiguó. Y alguno se fotografió para enseñar el "selfie" (autorretrato) en las redes sociales. Lo llamativo estaba dentro del cajero, en el suelo, junto a la máquina expendedora. Un reguero de ropa, un cinturón, y dos pares de zapatos conducían hasta el motivo del revuelo. Allí había una pareja desnuda, únicamente con los calcetines puestos, practicando sexo.

Los entregados amantes, ajenos a la expectación que despertaban, siguieron con su práctica amatoria entre silbidos, aplausos, flashes, gritos, risas y advertencias del tipo "¡Pero parái, ho!".

Una patrulla de la Policía Nacional acudió al improvisado nido de amor, alertada por un escandalizado testigo. Primero, los agentes llamaron a la puerta con los nudillos. Nada. La pareja llegó incluso a cambiar de postura. Luego entraron a llamarles la atención. Fuentes policiales aseguran que "estaban concentrados en la faena". Finalmente, a la orden de "hagan el favor de parar y vestirse", se dieron por aludidos, se pusieron la ropa y se fueron ante la mirada de su público. Los agentes tomaron los datos personales de los amantes pero, por el momento, no se han abierto diligencias para investigar la existencia de un posible delito de escándalo público o exhibicionismo.

A lo largo del domingo, más bien hacia la noche, internet comenzó a poblarse de fotos y vídeos explícitos de lo que había ocurrido en el cajero. En ninguna imagen se ven las caras de la pareja, que siempre está en el suelo, pero las teorías sobre su identidad corrieron como la pólvora. De hecho, la etiqueta "cajero Oviedo" llegó a ser "trending topic" (palabras más repetidas) en una conocida red social y algunos jóvenes tuvieron que desmentir a quien los señalaba como protagonistas. La Policía Nacional certificó la veracidad de los hechos aunque preservó la identidad de los amantes.

El ingenio de los cibernautas creció a la misma velocidad que los chascarrillos por la red, y pronto los comentarios pasaron de persona a persona a través de los móviles, los ordenadores, las tabletas y de boca en boca. "La gente va al cajero a sacar y en Oviedo vamos a meter"; "Hubiese molado más que fuese en un cajero de la calle Corrida de Gijón"; "¿En tu Caixa o en la mía?"; "Estaban haciendo una transferencia de fondos"; "Amar en cajeros revueltos"; o. "Lo siento por la limpiadora del cajero", son algunas de las frases compartidas.

Aunque en este caso lo confirmó la Policía, los mensajes en redes sociales pueden generar alarma y no suelen estar contrastados. El pasado fin de semana, el cantante Raphael tuvo que desmentir, e incluso entró en directo en un programa de televisión, para asegurar que estaba vivo después de que cuatro "tuiteros" (personas que utilizan la red social "twitter") lanzasen el bulo de su fallecimiento con fotografías y vídeos manipulados de varios medios de comunicación. Hasta el popular ovetense Manolín el Gitano ha sido blanco habitual de este tipo de piratas informáticos, perseguidos por la Policía Nacional.