Algo más de un tercio (36,6 %) de los menores de edad de la Comunitat Valenciana participa varias veces al mes en juegos de azar, según una investigación del Observatorio Social de la Fundación "la Caixa".

Los datos señalan también una diferencia de género muy evidente, tres de cada cuatro menores que juegan habitualmente son chicos, el 28,9 % frente a un 7,7 % de chicas, y estima que debido a la potencialidad de adicción y a la vulnerabilidad del colectivo en adicciones, puede derivar en trastornos serios de salud en el futuro.

Estas son las principales conclusiones que se extraen del estudio "La adicción a los juegos de azar en la adolescencia: apuestas, tecnologías y consumo de drogas", liderado por los investigadores de la Universitat de València Mariano Chóliz Montañés y Marta Marcos Moliner.

Los datos se recogieron en 2019 entre 1.934 escolares de ESO, bachiller y ciclos formativos de 26 centros de la Comunitat Valenciana.

Señala que, a pesar de que la legislación española permite participar en juegos de apuestas y azar solo a los mayores de 18 años, los menores participan, entre otros, en loterías presorteadas (49,58 %), quinielas (40,38 %) y loterías (39,05 %), ya que se trata de juegos muy consolidados culturalmente y de fácil acceso.

Además, desde hace unos años, a los juegos tradicionales se han añadido los juegos en línea. Así, las apuestas deportivas se han convertido en el tipo más frecuente (53,29 %) tanto en chicos como en chicas, aunque la diferencia por género (42,33 % frente a 10,96 %, respectivamente) vuelve a ser muy notable.

Los autores del estudio destacan que cualquier juego en línea es más adictivo que sus correspondientes modalidades tradicionales, ya que son mucho más accesibles y están más disponibles para el jugador. Se puede apostar desde cualquier lugar y en cualquier momento, a través de móviles o dispositivos electrónicos personales.

De hecho, concluyen que son los únicos que han crecido tras las medidas impuestas para la prevención de la extensión de la pandemia de la COVID-19.

Según evidencia la investigación, la coexistencia entre adicción al juego y el consumo de sustancias (lo que se denomina comorbilidad entre adicciones) es algo muy común.

Así, mientras que entre las personas que no padecen esta adicción solo el 14 % consume alcohol semanalmente, el porcentaje asciende al 41 % entre quienes padecen adicción al juego.

El patrón se repite también con el consumo de tabaco y marihuana: mientras que el 13 % y el 7 % de quienes no tienen adicción al juego consumen dichas sustancias, respectivamente, estos porcentajes ascienden al 39 % y 35 % entre los que sí.

De acuerdo con la investigación, la comorbilidad entre adicción al juego y a los videojuegos o las tecnologías es baja probablemente debido a que la adicción al juego compromete todos los recursos de la persona adicta, y apostar se convierte en el núcleo central que dirige su vida.

En definitiva, los resultados de este trabajo, en los que se evidencia la problemática de esta clase de dificultades en los adolescentes, sugieren la necesidad de desarrollar e implementar programas de prevención de la adicción al juego que estén basados en la evidencia.

En este sentido, destacan el programa Ludens de prevención universal de adicción al juego que ha sido desarrollado en la Universitat de València en colaboración con el Servicio de Adicciones del Ayuntamiento de València. EFE