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Sentencia

Condena por una mortal operación de próstata

El paciente falleció desangrado en la mesa del quirófano ante una hemorragia que duro media hora

Dos sanitarios en un quirófano.

Un juzgado de Barcelona ha condenado a una compañía de seguros de un centro sanitario a indemnizar a la familia de un paciente que falleció el 8 de octubre del 2018 por una hemorragia durante una operación de cáncer de próstata provocada por los desgarros de tres arterias. La sentencia, a la que ha tenido acceso El Periódico de Catalunya, sostiene que existe una “responsabilidad médica” en la muerte del enfermo, no tanto por la técnica usada, una laparoscopia, sino por la “trascendencia de la actuación” desde que empieza el sangrado hasta que se decide realizar la cirugía abierta al hombre que, a pesar de las transfusiones de sangre efectuadas, murió en la mesa del quirófano.

La demanda presentada por la familia del paciente, representada por el abogado José Aznar Cortijo, del despacho Verdún Legal, argumenta que hubo una deficiente asistencia médica por la falta de pericia durante la intervención de próstata a la que fue sometido J. O. B. Al introducir el trocar (cánula) para realizar la laparoscopia se produjeron desgarros en las arterias aorta, renal y mesentérica superior. Esta triple lesión originó una hemorragia que no se trató adecuadamente, ni con su suficiente rapidez.

Según el abogado Aznar, “no parece razonable” que durante una operación de próstata “se perforen tres arterias situadas encima de los riñones y, menos aún que, siendo las lesiones tan importantes, no se parara la hemorragia con una intervención rápida para evitar" la muerte del paciente. En este sentido, la sentencia del Juzgado de Primera Instancia número 38 de Barcelona precisa que “el sangrado importante agudo" se produjo a las 10.15 horas, junto con la hipotensión, y que el siguiente apunte que figura en la hoja del anestesista data de las 10.45, cuando se supone que se decide efectuar una cirugía abierta. “Media hora es mucho tiempo de sangrado”, siendo una “cosa muy urgente”, explicó un perito judicial, tal y como recoge la sentencia.

La actuación de los médicos

La demanda también exponía la "falta de pericia manifiesta" en cómo se realizó la introducción del trocar, que debe hacerse en dirección a las piernas del paciente, puesto que hacia la cabeza puede provocar lesiones importantes si no se realiza de forma adecuada. La lesión inicial se produjo en la arteria aorta, a nivel de la renal, por lo que, incide el letrado, la única explicación posible es que el trocar se introduzca oblicuamente. Es decir, de abajo arriba, o en línea completamente recta "desde una incisión excesivamente alta". El juez argumenta, sin embargo, que no debe ponerse "el inciso o foco en si la causa de la lesión fue la incorrecta dirección o la fuerza excesiva aplicada en la introducción del trocar" (cánula), sino en el tiempo que se tardó en reaccionar ante el sangrado producido por los desgarros en las arterias.

"No se trata tanto en determinar si la indicación de la técnica terapéutica fue la correcta", ni tampoco es "trascendente" el método de cirugía escogido ("se está de acuerdo en que el más apropiado para este paciente era la laparoscopia"), ni siquiera si "tiene alcance significativo" como se introdujo el trocal, sino lo importante, subraya el juez, son otros factores que deriva en "responsabilidad médica". En concreto, la actuación de los médicos cuando empieza el sangrado.

La sentencia destaca que "dejando aparte la posible negligencia" atribuida por el perito de la familia del fallecido sobre la incorrecta dirección en la introducción del trocar o la fuerza excesiva usada, este experto advirtió, además, que "la posible causa" de las lesiones en las arterias, al margen del "tiempo excesivo en la actuación", sería las maniobras que efectuaron los médicos "para ver el origen del sangrado". En opinión del juez, este aspecto “también implicará la responsabilidad” de los médicos y, por lo tanto, para otorgar una indemnización. El togado recalca que un juez puede fundar su decisión sobre “los hechos que aún sin estar establecidos de manera irrefutable, aparecen como más verosímiles, es decir, los que presentan un grado de probabilidad predominante”. 

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