Nadie iba a pensar que un caballo acabaría con su vida después de décadas siendo aficionado a su cría y cuidado. Abelardo Piera Meseguer, de unos 65 años de edad, casado y con dos hijos, recibió una coz mortal en la tarde del pasado viernes. Su rostro presentaba un aspecto totalmente desfigurado como consecuencia del impacto.

Los hechos se produjeron en la pequeña cuadra que Abelardo poseía junto al azud de Cullera, en el término municipal de Sueca. La Policía Local, que avisó a la Guardia Civil, fue alertada alrededor de las 20.30 horas. Miguel Ángel, hermano de la víctima, fue quien lo encontró, según dijo ayer el alcalde, Salvador Campillo.

La noticia de lo sucedido corrió como un reguero de pólvora por la capital de la Ribera Baixa durante la mañana de ayer. Los aficionados al mundo del tiro y arrastre se mostraban sorprendidos. "Tenía dos o tres caballos desde hacía unos ocho años y resulta extraño que el animal se comporte así con quien lo cuida", manifestó su hermano Juan, también aficionado que dispone de otra cuadra propia.

Inicialmente existían las dudas sobre la posibilidad de que el animal lo hubiera pisoteado tras haber sufrido algún tipo de indisposición. Todo parece indicar que el origen de la muerte no ofrece dudas respecto al ataque del animal. La familia lo daba por hecho al mediodía de ayer, momento en que el cadáver ya había sido trasladado a un tanatorio de Sueca. El funeral será hoy, a las 10.30 horas en la Iglesia de la Mare de Déu de Sales.