Un agujero en un contenedor que transportaba ácido fosfórico en un barco recién atracado en el Puerto de Valencia disparó las alarmas ayer por la tarde en el muelle de Levante, pero la rápida actuación de los bomberos evitó que el producto tóxico llegara al mar.

El vertido se produjo cuando los operarios del puerto estaban transportando el contenedor por la rampa de descenso, ya que había una fisura en el recipiente de la que nadie se había percatado.

El ácido fosfórico, que no es inflamable pero sí corrosivo, se derramó sobre la popa del barco pero fue rápidamente neutralizado por los propios marineros con sosa que portaban en el mismo barco. Esta rápida maniobra impidió que el contenido tóxico llegara al mar y que los daños fueran mayores, ya que el principal problema de este producto químico es que reacciona rápidamente con la mayoría de metales generando hidrógeno que si que es inflamable y altamente explosivo.

Pero la gran cantidad de medidas de seguridad del Puerto de Valencia al tratar con este tipo de materiales peligrosos unidas a la presencia de un parque de bomberos en el interior del recinto transformaron una emergencia en una simple incidencia. Las causas que produjeron la fisura están siendo investigadas.