«En ese momento tienes que mantener la sangre frías.Sólo pensaba en que no podía parar el taxi para encontrarme en una situación comprometida y que tenía que llevarlos donde estaba la policía». Así explicaba ayer Eduardo G. a este diario las sensaciones que tuvo mientras sabía que en el asiento de atrás llevaba a dos atracadores que estaban siendo buscados por la policía. También mostraba su satisfacción al saber que los dos detenidos han ingresado en prisión.

Ayer pasaron por el juzgado de guardia y se acordó prisión provisional, comunicada y sin fianza por tres delitos de robo con fuerza, dos de ellos en grado de tentativa y otro consumado.

Los hechos ocurrieron en la madrugada del viernes, cuando Eduardo, de 27 años, con seis de experiencia en el gremio, escuchaba por la emisora del vehículo que se estaba buscando a dos hombres que habían asaltado a tres compañeros en la misma noche. En unos de los casos había inmovilizado a uno taxista por la espalda y le había sustraído la cartera, mientras que en el otro asalto había intimidado al conductor con un objeto punzante.

No obstante cuando él recogió a los ladrones pensaba que ya habían sido detenidos. «En la emisora contaban que la policía los había detenido ya en Pérez Galdós». Sobre la una de la madrugada, en la intersección de las calles Cuenca y Obispo Amigó, dos personas le dieron el alto. «Yo ya me iba a casa y entonces me pidieron subir. Entonces me di cuenta que coincidían con las características dadas por la emisora». Les delató el pelo rizado de uno y su chaleco rojo. Del otro su pantalón y su camisa negra.Entonces le pidieron que fueran a Tres Forques. «Luego me he enterado que uno era de Barcelona y otro de Bilbao. En ese momento aprecié que ellos no sabían a donde les llevaba, no sabía dónde estaban así que me dirigí directo o donde sabía que estaba la policía», explicaba Eduardo. «En ningún momento me intimidaron aunque sí que vi que el que tenía sentado detrás estaba un poco nervioso. Pensaba en que no podía parar e incluso me salté semáforos para llegar antes»

Entonces cuando ya se encontraba por Pérez Galdós, hizo un giro ilegal en sentido contrario delante de los agentes para evitar dar más vueltas, lo que llamó la atención de los policías allí apostados y que según Eduardo había interceptado a otros sospechosos.

Colocó el taxi a la altura de un policía, bajó la ventanilla y le dijo que llevaba a los dos cacos que buscaban. Los agentes abrieron de inmediato las puertas del coche y les detuvieron si que ofrecieran resistencia. En el gremio su actuación ha sido muy comentada y ha sido felicitado por sus compañeros de gremio por su determinación.