La Guardia Civil buscaba a un conductor con prisa -circulaba a 235 Km/h por la autopista hacia Alicante- y acabó topándose con 200.000 euros ocultos en el maletero y un supuesto acólito del Estado Islámico en el asiento del copiloto. Sucedió el jueves de la semana pasada en la AP-7, cuando el helicóptero de la Guardia Civil localizó un auténtico bólido atravesando la Ribera, a la altura de Corbera.

Se trataba de un Mercedes Cabrio descapotado ocupado por tres personas que circulaba a casi el doble de la velocidad permitida -235 kilómetros por hora en un tramo limitado a 120- hacia el sur. El vehículo pudo ser finalmente interceptado cuando abandonó la autopista en la salida de Ondara. Una patrulla de la Guardia Civil de Tráfico lo retuvo en el peaje y detuvo al conductor, un joven francés de 22 años y origen magrebí, que fue acusado de un delito contra la seguridad vial.

A continuación, los agentes registraron el vehículo, ya que las explicaciones del conductor no les resultaron convincentes, y fue en ese momento cuando surgió la primera sorpresa: dentro de una bolsa de viaje, en el maletero, encontraron numerosos fajos de billetes -muchos de ellos de 500. 200 y 100 euros- que sumaban la friolera de 200.000 euros. Desde el primer momento, dieron explicaciones poco creíbles, lo que hizo que los agentes sospechasen de que podían estar ocultando información o mintiendo.

Así las cosas, identificaron a los otros dos ocupantes del coche, también franceses y de origen magrebí, y se toparon con la segunda sorpresa: uno de ellos estaba bajo control en Francia, como sospechoso de haber sido captado por el Estado Islámico y en riesgo de partir hacia Siria para unirse a la Yihad.

El descubrimiento propició la apertura de una investigación para tratar de saber si realmente ese dinero procedía o iba a ir a parar a la peligrosa organización terrorista que opera principalmente en Siria e Irak. Los agentes también barajaban una segunda teoría: que fuese dinero procedente del narcotráfico o destinado a pagar una partida de hachís, aunque en ninguno de los dos casos ha podido acreditarse que el dinero tuviese un origen ilícito.

En todo caso, el dinero les fue intervenido y han sido propuestos para sanción, ya que la ley de control de capitales no permite entrar ni salir de España con más de 10.000 euros, salvo que se declare a tiempo y se pague por ello. Cuando, como ocurre en este caso, el dinero está oculto, la sanción, que normalmente va desde 600 euros a la mitad del importe, puede suponer el montante total.