Un profesor de 59 años, Emilio E. R., se enfrenta a 33 años de cárcel por los supuestos abusos a seis alumnas, menores de edad, a las que realizó tocamientos, según la Fiscalía. El acusado ha trabajado durante 38 años en el mismo colegio, un centro educativo diocesano de la comarca del Camp del Turia, al que se consideraría responsable civil subsidiario si se condena al profesor, de baja desde que se denunciaron los hechos, en mayo de 2014. La población donde se registraron los hechos no se publica por Levante-EMV, para preservar el anonimato de las víctimas.

Según la Fiscalía, Emilio E. R. habría realizado tocamientos a una menor durante los cursos 2003/2004 y 2004/2005, cuando la niña contaba entre 8 y 10 años. El resto de denunciantes lo acusan de los mismos hechos desde los cursos 2001/2012 hasta 2013/2014. El Ministerio Público considera que el profesor «con la intención de satisfacer sus ánimos libidinosos y aprovechándose de su condición de docente», habría realizado los tocamientos a las menores, durante las clases. En algunos casos cuando las llamaba a su mesa con la excusa de corregir los deberes, cuando salían a la pizarra o, incluso, cuando estaban sentadas en su pupitre.

El acusado negó ayer los abusos ante la sección primera de la Audiencia de Valencia. Emilio E. R. asegura que no encuentra explicación a la denuncia de las niñas, a las que acusa de mentir. También defiende que en la relación entre profesor y alumnos de corta edad median «abrazos, tocar un hombro» e incluso «te dan un beso».

El profesor cree que las niñas «mienten», y apuntó como posible causa de las denuncias que tuvo «algún enfrentamiento con algún padre» de las menores por asuntos académicos y que a varias de ellas, que «son amigas», las expulsó de clase por su comportamiento.

Emilio E. R. también ha declarado que a lo largo de su carrera como docente ha ido de excursión con sus alumnos y pernoctado con ellos en una granja-escuela y en un parque temático y «nunca» ha tenido problemas por «conductas inapropiadas». También destacó que tiene por costumbre impartir clase con la puerta abierta y que desde ésta se ve su mesa y la pizarra.

En el juicio sólo declaró la única víctima que ya es mayor de edad. Del resto, se aportó un vídeo con la declaración de las menores, y también declararon los progenitores. La Fiscalía solicita que indemnice con 6.000 euros a cada niña, la prohibición de acercarse o comunicar con ellas durante 8 años y que se someta a programas de formación sexual.