La Fiscalía de Menores y un juzgado de Valencia mantienen abierta una investigación sobre una mujer acusada por su propio hijo, de solo 12 años, de obligarle a distribuir la droga que ella vende y de abandonarles a ella y a su hermana menor de manera habitual, así como de someterlos a malos tratos de forma continuada. La madre, de 37 años de edad, ha sido detenida y los menores están bajo protección mientras se aclara su situación.

Los hechos saltaron a la luz el pasado 19 de abril, cuando el niño de 12 años telefoneó al 112 y pidió ayuda al operador que atendió la llamada, a quien explicó que se encontraba solo en casa, con su hermana de 9 años, porque su madre se había ido horas antes y no regresaba. En ese momento eran casi las dos y media de la tarde y la madre se había ausentado del domicilio a primera hora de la mañana, según los menores.

Además, el niño relató a la operadora del 112 que en la mesa del salón había varias bolsas pequeñas que contenían cocaína, y que su madre solía dejarlas en casa y le obligaba a él a llevárselas a sus clientes. Ante ese cúmulo de informaciones, el 112 alertó de inmediato a la Policía Nacional, que envió varias dotaciones al domicilio, ubicado en una calle del barrio de Benimàmet que Levante-EMV no desvela para proteger la identidad de los menores.

La policía fue testigo del encargo

Según las fuentes consultadas por este diario, los primeros agentes que llegaron al piso comprobaron que todo lo que había explicado el niño por teléfono era completamente cierto. Así, no solo encontraron las bolsitas de cocaína encima de la mesa, sino que, además, mientras los agentes daban consuelo a los chicos e iniciaban las gestiones para que la Fiscalía de Menores pusiese en marcha el protocolo de protección, llamó la madre precisamente para enviar a su hijo con la droga a un punto de encuentro.

Las fuentes dijeron que los policías pudieron escuchar cómo la mujer no solo no preguntaba por el estado de salud de sus hijos, a pesar de que llevaban horas solos en casa, sino que la única intención de la llamada fue urgirle para que bajase con las bolsitas con droga a la calle, con el fin de entregárselas a ella en un punto donde había quedado previamente con el comprador.

Gracias a esa llamada, los policías fueron al lugar que la sospechosa había indicado a su hijo y la detuvieron bajo la acusación de tráfico de drogas y de malos tratos. Al parecer, en ese momento llevaba encima casi 2.000 euros en metálico, lo que también serviría como indicio de que se dedicaba a la venta de cocaína al por menor.

La mujer fue trasladada a dependencias policiales, mientras la Fiscalía ponía en marcha el correspondiente expediente de protección de los dos niños, que en principio pidieron quedarse bajo el amparo de un familiar.

Además, la fiscalía y el juez investigan si, tal como explicaron los dos hermanos, la madre no sólo utilizaba al mayor en su «negocio» ilegal, sino que sometía a ambos a malos tratos físicos casi a diario. Incluso aseguraron que en muchas de esas agresiones la ahora detenida usaba un cinturón, extremo que están intentado comprobar.