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Juicio por el crimen de la CAM

La hermana de Mari Carmen Martínez: "Miguel López es un gran manipulador"

Antonia Martínez asegura que el acusado nunca les entregó ningún coche cuando iban a Novocar "porque se evitaban"

Antonia Martínez, durante su declaración en el juicio, con Miguel López sentado a su derecha.

«Miguel López es un gran manipulador». Pese a que lo tenía sentado al lado, así describió ayer al acusado de asesinar a María del Carmen Martínez, viuda del expresidente de la CAM Vicente Sala, la hermana de la víctima. Antonia Martínez (Toñi) es una de las últimas personas que vio con vida a la víctima, ya que fue quien la llevó a hasta Novocar, el negocio de automoción que regentaba el acusado, para recoger su coche antes de ser tiroteada. La cuarta jornada del juicio con jurado popular que celebra la Audiencia de Alicante vivió una sesión menos tensa que la del miércoles, pero más emotiva porque entró de lleno en el conflicto familia por el control de las empresas entre Vicente Sala y su madre, por un lado, y sus tres hermanas, por el otro. Un batalla considerada el móvil del crimen.

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Cuarta sesión del juicio del caso Sala en Alicante

Durante la hora larga que duró el testimonio de Toñi, que se vio interrumpido por las lágrimas, tuvo duras palabras para el acusado y emoción al recordar su difunta hermana. «Era como una madre», ya que se fue a vivir con ella a raíz de quedar huérfana con 16 años. Al ser preguntada sobre las tensiones en la familia por el control de las empresas, Toñi aseguró que las tres hermanas «lo que querían hacer era tirar a Vicente» y añadió que «fueron manipuladas por maridos que no eran los adecuados». Y cuando el fiscal le pidió que concertara si había alguno que tuviera más influencia que otro, apuntó directamente a Miguel López: «Es un gran manipulador». La magistrada que preside el tribunal de jurado, Francisca Bru, le preguntó si había visto algo que justificara esa afirmación, pero tras un largo silencio se limitó a decir «no sé qué decirle señoría».

La hermana de María del Carmen Martínez declara que Miguel López nunca les entregó ningún coche en Novocar

La hermana de María del Carmen Martínez declara que Miguel López nunca les entregó ningún coche en Novocar

«No sabe escuchar»

Toñi se refirió a Miguel como una persona «impulsiva», con tendencia «a soluciones contundentes y rápidas», «con un pronto malo» y que «no sabe escuchar a nadie». Recordó una comida familiar en la que el acusado soltó ante un problema ajeno que «eso se solucionaba con un sicario». Otra vez, hablando con su suegra sobre lo sucia que dejaban las palomas la finca, «Miguel dijo que podía pegarles cuatro tiros con una escopeta, algo a lo que ella dijo que ni hablar». Aunque posteriormente, a preguntas del abogado de la defensa, Javier Sánchez-Vera, a estos adjetivos añadió los de «fantástico, cariñoso y buena persona».

En el turno del interrogatorio de la acusación particular que ejerce el letrado Francisco Ruiz Marco en nombre de Vicente Sala, Toñi sostuvo que Miguel López menospreciaba continuamente a su suegra. En el momento más tenso del conflicto familiar, la junta de accionistas de septiembre de 2106, Toñi lamentó que las hermanas se presentaran con todos sus nietos para presionar a la abuela, aunque algunos vivían en el extranjero, «pero luego no pudieron traerlos al funeral». La situación llegó al punto de que las hijas «ni nos hablaban, ni nos dejaban entrar en su casa».

Las semanas previas al asesinato las dos habían tenido que ir varias veces hasta Novocar, ya que hasta cuatro coches de la familia se habían estropeado. «Nunca nos atendió Miguel. Solía estar en el despacho», dijo. Pero aquella tarde del 9 de diciembre de 2016 cuando fueron a recoger el Porsche Cayenne de la víctima, «vimos que Miguel venía hacia nosotras saludando», hecho que les extrañó a las dos porque «normalmente nos evitábamos». Toñi dejó a su hermana con su yerno y se marchó en el coche «porque no tenía ganas de verle. Si me hubiera quedado, a lo mejor estaríamos las dos muertas». Una hora más tarde, la llamó Vicente Sala preocupado porque su madre no había vuelto a casa. Pronto descubrieron que las hermanas se habían ido al lavadero al ser alertadas de que habían disparado a Mari Carmen, sin que nadie les dijera nada a ellos.

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