Un abogado que intentó pasarle 14 gramos de heroína a un interno del centro penitenciario de Picassent ha sido detenido esta semana gracias a que los funcionarios de Prisiones localizaron la droga antes de que llegara al preso, clasificado como peligroso y con n largo historial de incidentes y conflictos en la cárcel.

Los hechos, según fuentes de toda solvencia a las que ha tenido acceso Levante-EMV, sucedieron sobre las 17.30 horas del pasado lunes, cuando el letrado ahora detenido, Jesús G. G., mantenía una comunicación con un cliente suyo, recluido en Picassent desde el pasado 24 de junio.

El equipo de funcionarios de Seguridad llevaba tiempo con la sospecha de que el interno, de 36 años de edad, se dedicada al tráfico de drogas en el interior de la prisión, por lo que estaban pendientes de averiguar cómo le llegaba el estupefaciente. La hipótesis más probable era, obviamente, que tuviera acceso a la droga durante las comunicaciones con personas del exterior, y el único, prácticamente, que le visitaba era precisamente su abogado, con quien además tiene determinados vínculos familiares.

Así las cosas, y viendo que el abogado había solicitado una nueva visita con su cliente fijada para las 17.00 horas del lunes, los funcionarios pusieron en marcha todas las alertas. Y acertaron.

Al término de la visita, el letrado le pidió al funcionario encargado de velar por la seguridad en el área de comunicaciones que le entregase a su cliente documentación relativa a los casos que le lleva. Cuando estaba a punto de darle el voluminoso taco de folios, el funcionario le advirtió de que iban a revisar su contenido.

La respuesta no se hizo esperar. El abogado, visiblemente nervioso, trató de recuperar los documentos alegando que en realidad se había equivocado y que ese recluso no era el destinatario de esos papeles. Pero ya era tarde.

El funcionario examinó los folios y, entre los últimos documentos encontró camuflado un envoltorio que, una vez pesado y sometido al narcotest, resultó contener 14 gramos de heroína. Esa droga habría alcanzado en la calle un precio que rondaría los 900 euros, pero en prisión le habría podido sacar incluso el doble, dadas las dificultades de los reclusos para obtener esas sustancias.

Nada más localizar la droga, los funcionarios alertaron a los guardias civiles destinados en la seguridad exterior de la cárcel, quienes detuvieron al abogado y lo trasladaron a sus dependencias para instruir diligencias.

Al parecer, el letrado ya había visitado al recluso en otras prisiones, como la de Murcia o la de Algeciras. El interno, incluido en el fichero de internos de especial seguimiento (FIES), los más conflictivos, ha protagonizado numerosos incidentes, entre ellos, amenazas graves a funcionarios, instigar a otros reclusos a realizar plantes o protestas o peleas con otros presos. De momento, se le trasladará de prisión y se le someterá a un régimen disciplinario aún más restrictivo.