Un “simpa” de cuatro jóvenes que se marchaban sin pagar tras consumir unos bocadillos y unas bebidas en un bar de Gandia, y la insistencia del propietario del negocio por cobrar -que salió tras ellos portando un cinturón en la mano- terminó en una brutal agresión al hostelero. En el vídeo grabado por un testigo se observa claramente como el hombre y los clientes se enzarzan en una discusión, durante la cual se agreden mutuamente y en un momento dado, cuando el hostelero ya está en el suelo, dos de los jóvenes le propinan puñetazos y patadas.

Los cuatro jóvenes presuntamente implicados en dicha agresión, denunciada por el hostelero de Gandia, ya han sido identificados por la Policía Nacional, que los citará para tomarles declaración y para que den su versión sobre lo ocurrido.

Los hechos se produjeron el pasado martes por la mañana cuando un grupo de cuatro jóvenes estuvo almorzando y consumiendo unas cervezas y unos refrescos en la terraza de un bar del carrer de l’Om de Gandia. Después de que pidieran los cafés, los clientes se levantaron y se marcharon sin abonar las consumiciones.

El propietario del establecimiento hostelero, al ver que hacían un “simpa” optó por seguirlos hasta el vehículo en el que pretendían marcharse sin pagar. Tras obstaculizar su huida con su coche, el hombre, que lleva un cinturón en la mano, les amenaza para que abonen el importe de la cuenta.

En las imágenes captadas por un testigo de los hechos se ve que los jóvenes tratan en todo momento de marcharse, pero ante la insistencia del hostelero bajan del vehículo y la emprenden a golpes con la víctima. “¡Que no mareés, que ya te hemos pegado bastante!”, le espeta uno.

Pese a los golpes recibidos, varios de ellos en la cabeza, el hostelero no recula y vuelve a ir contra sus agresores para que paguen la cuenta, llegando a quitarle a uno de ellos el triángulo del coche, con el que golpea la ventanilla del vehículo en el que intentan escapar.

Finalmente, tras maniobrar para poder esquivar el coche del hostelero, los agresores consiguen huir. Tras ellos les sigue con el vehículo el agredido, quien inicia una persecución para reclamar lo que considera que es justo, el pago del importe de la cuenta.