Alega que tenía una púa en el pene para negar la violación de su hija

Una pequeña púa de peine incrustada de forma subcutánea en el dorso de la parte superior del pene del acusado se convirtió ayer en la prueba analizada por los médicos forenses a la que se aferra la defensa del presunto violador de su hija para tratar de desmontar el relato de la víctima, cuyos presuntos abusos con acceso carnal se prolongaron desde los siete a los once años.

El acusado, de 37 años y nacionalidad rumana, se enfrenta a una pena de trece años de prisión; doce por el delito continuado de abuso sexual con acceso carnal a menor de 16 años y uno por un delito continuado de exhibicionismo y provocación sexual porque también se le acusa de ponerle películas pornográficas a su hija.

Los hechos se habrían producido entre 2012 y 2016 en el domicilio familiar, situado en un municipio de la comarca de Requena-Utiel, cuando el procesado aprovechaba las noches en las que su esposa se ausentaba por motivos laborales -estaba cuidando a una persona mayor- para llevar a su hija hasta su habitación. Allí, presuntamente abusaba de ella, le obligaba a que le realizara felaciones y la penetraba.

Por su parte, el acusado niega haber tenido sexo con su hija biológica e intentó desacreditar sus testimonio con una prótesis subcutánea que tiene en el pene, la cual sostiene que le habría causado lesiones o marcas. Además su defensa sostiene que la menor nunca ha contado esta característica apreciable a simple vista, según indicaron los forenses.

No obstante, no consta la data en la que se habría colocado dicho dispositivo, según él para dar obtener mayor placer sexual, en una intervención casera realizada por un amigo que había salido de prisión. Su esposa y madre de la víctima tampoco pudo concretar desde cuando tenía su marido esta variación anatómica en el pene.

Asimismo, los hechos que inicialmente fueron detectados en un viaje a Rumanía, no fueron destapados hasta febrero de 2021, cuando la menor tenía ya quince años, mucho tiempo después de haberse producido las presuntas violaciones. Las psicólogas del Instituto de Medicina Legal de València sí dan credibilidad a la menor, explorada mediante cámara Gesell, y puede que dada su temprana edad no reparara en que el pene de su padre y presunto violador tenía esta particularidad.