Consuelo a Valencia por la pérdida de los fueros es el título de un lienzo -bastante desconocido por el gran público hasta el momento del pintor Juan Belda Morales (1872-1943)- en el que aparece la Virgen de los Desamparados solidaria y muy implicada con la historia de Valencia, consolando a una mujer vestida con la indumentaria tradicional valenciana, dolorida por la pérdida de los Fueros en la Batalla de Almansa. La fotografía de este cuadro, realizada por José Aleixandre, constituye la lámina de la Patrona de los valencianos, que entregará Levante-EMV a sus lectores, el próximo 12 de mayo.

La mujer representa al antiguo e histórico Reino de Valencia, en la intención del autor de la obra, y es acogida en tiernísima y humanísima expresión por la Virgen con su mano derecha, en ademán de llevar su cabeza al regazo de la Patrona, mientras el Niño Jesús, el Bovet, acerca a la valenciana su cruz de madera para que la bese. Completa la escena un libro de la Historia del Reyno de Valencia y sobre él una calavera, signo de muerte de nuestra tradicional singularidad política, social y cultural.

La obra, óleo sobre lienzo poco conocido, que pertenece a la Iglesia Parroquial de Santo Tomás de Villanueva y estaba colgada en su sacristía, no al alcance del público y ha sido cedida durante un año al Museo Mariano de la Virgen de los Desamparados para su contemplación por el público que lo visita. Sus medidas son de 110 centímetros de altura por 160 centímetros de anchura. Está datada a finales del siglo XIX. Esta recuperación se debe a las múltiples gestiones que realiza el Prior y Capellán Mayor de la Cofradía y Basílica de la Virgen, Juan Bautista Antón, por promover, difundir y potenciar, más si cabe, la devoción y culto a la Patrona de Valencia y su Reyno.

Juan Belda Morales fue discípulo de Joaquín Agrasot, estudio en la Real Academia de Bellas Artes de San Carlos de Valencia y después en Roma. Se distinguió por sus retratos y por temas religiosos.El 26 de abril de 1707 llegaba a Almansa el duque de Orleáns. Sus fuerzas, unidas a las de Berwick, marcharon el 27 de abril hacia Requena, que se rindió el 6 de mayo. Seis días después Valencia se sometía a Berwick, y el 26 del mismo mes el duque de Orleáns entraba en Zaragoza. Uno de los hechos más lamentable se produciría en Xàtiva. Fiel al archiduque hasta el último momento, soportó el sitio desde el 26 de mayo al 6 de junio. Sin atender los consejos del duque de Orleans y de numerosas personalidades del reino valenciano, Felipe V ordenó que la ciudad fuese quemada y le fuese cambiado el nombre por el de San Felipe.

La frase pronunciada por Berwick al entrar en Valencia despejaba cualquier tipo de duda respecto al futuro de los fueros valencianos: "...este Reyno ha sido rebelde a Su Majestad y ha sido conquistado, haviendo cometido contra Su Majestad una grande alevosía; y así, no tiene más privilegios ni fueros que aquellos que Su Magestad quisiere conceder en adelante...".

El 29 de junio de 1707, Felipe V promulgaba el Decreto de Nueva Planta, que venía a abolir los fueros de Aragón y Valencia. Como consecuencia, los valencianos perdían todas sus instituciones de gobierno y quedaban sometidos, tanto en el aspecto administrativo, como en el relativo al derecho privado, a las leyes de Castilla. El recuerdo de aquella represión permitió acuñar una máxima que todavía suele escucharse hoy día, casi 300 años después: "Quan el mal ve d'Almansa a tots alcança".