La actividad agrícola en la ciudad de Valencia se está beneficiando de la situación económica general y de las grandes cifras de paro en la Industria, la construcción o el sector servicios. Se calcula que en los últimos años se ha recuperado entre el 15 y el 20 por ciento del terreno cultivable, con la siembra de terrenos que estaban abandonados, la sucesión de padres a hijos o la aparición de nuevos cultivos.

En la ciudad de Valencia, que pese a ser una gran ciudad, tiene una importante agricultura, hay 3.663 hectáreas de superficie cultivada, aproximadamente la cuarta parte del término municipal, que es de 13.465 hectáreas. Ocupa, además, el mismo espacio que el suelo urbano o que los ríos y lagos, dominados por la Albufera.

El auge económico, sin embargo, ha supuesto durante años una caída de la agricultura en favor de sectores más atractivos desde el punto de vista económico y social. La crisis, sin embargo, ha detenido e incluso, sin tener aún estadísticas, ha invertido esa tendencia. Según Vicente Aleixandre, concejal de Agricultura y máximo responsable del Consell Agrari de la ciudad, en estos últimos años se ha recuperado entre el 15 y el 20 por ciento de superficie cultivada, sobre todo en la zona de arrozal, el Perellonet o La Punta. También en las pedanías del norte.

Según dijo, «mucha gente está volviendo a cultivar la tierra que había abandonado o que tenía arrendada». «Los hijos ahora siguen más la tradición de los padres y se quedan más en el campo». Y «hay gente que coge campos, contrata a gente y monta una explotación».

Es un cambio del que Aleixandre se siente satisfecho y que tiene incentivos por parte del Consell Agrari municipal. Según explicó el concejal, Valencia es de los pocos o el único sitio donde se sigue pidiendo el pósito agrario, que son incentivos municipales para la agricultura. A los particulares se les ayuda con 6.000 euros para el acondicionamiento de los terrenos o la compra de maquinaria agrícola y existe una línea de crédito de 90.000 euros a bajo interés del que pueden beneficiarse las cooperativas y otras entidades agrarias. «Cada vez hay más gente que lo pide y nadie lo devuelve», dice el concejal, lo que significa que los proyectos salen adelante.

También se está haciendo desde el Consell Agrari una amplia labor de asesoramiento económico, técnico o comercial.