Hace diez días, el veterano pintor valenciano José Soler Vidal, conocido artísticamente como Monjalés, presentó dos exposiciones antológicas en el Centro del Carmen y en el Palacio Valeriola con la organización de la Fundación Chirivella Soriano.

Nacido en Albaida en el año 1932, la trayectoria artística de Monjalés merece hacer un balance de los doce lustros de actividad en el dibujo y en la pintura, según este periódico recogió en una reseña publicada a raíz de dicha inauguración. Desde sus comienzos, tras diplomarse en la Escuela de San Carlos, perteneció a grupos que acogían a artistas de la región, como Parpalló, como Art Nou o Movimiento Artístico del Mediterráneo. Muy pronto participó cuando aún residía en Valencia en diversas exposiciones en países europeos, y el balance de su trayectoria aparece en estas dos muestras que ofrecen más de un centenar de obras.

Pero aquí queremos recordar una actividad que, en sus comienzos, dio gran popularidad a Monjalés en Valencia. Y fue que a finales de los años cincuenta y principios de los sesenta del siglo XX fue colaborador diario de este periódico. Cada día, en las páginas locales había una sección firmada por un veterano periodista, Salvador Chanzá, y que titulaba «Glosario de la ciudad», como un reconocimiento a Eugenio d'Ors, del que el citado periodista y escritor era gran admirador. Y en ese texto, aludiendo a lo que en el mismo se decía, aparecía un dibujo firmado por Monjalés, cuya popularidad creció gracias a esos grabados.

Pero fue precisamente en esas páginas donde surgió el conflicto que motivó un notable cambio de residencia y de derroteros del artista. Porque Monjalés tenía unos criterios ideológicos de izquierdas, muy sociales, que chocaban con la ideología de aquella cadena de prensa. Y un día se opuso a marcar con su dibujo lo que se indicaba en el artículo muy de acuerdo con la ideología nacional del momento, por lo que dejó la colaboración, se significó muy claramente en terrenos izquierdistas, y ello motivó que decidiera dejar España, fuera de la cual ha vivido prácticamente medio siglo.

Monjalés anduvo un corto tiempo por París y alguna otra ciudad europea, pero muy pronto salió del viejo continente y se estableció en Bogotá, siendo en la capital colombiana donde ha llevado a cabo la mayor parte de su creación artística.

De estos sesenta años aproximadamente es el balance de las dos actuales exposiciones. La primera, el «Pacto de las Premoniciones», va en torno al «Jardín de las Delicias», del Bosco. La segunda muestra es mucho más ideológica, de claro significado a lo que se opuso políticamente desde muy joven y evoca la obra de figuras como Manet, Dalí o Picasso.

Pero doctores tienen las Bellas Artes para calificar la obra de este ilustre artista albaidense. Aquí hemos querido evocar al compañero que veíamos a diario traer su dibujo a la redacción del periódico entonces en la calle del Pintor Sorolla y cuya firma muchos lectores maduros aún recordarán.