El cambio de gobierno en la ciudad de Valencia, donde desde mayo pasado gobierna un tripartito formado por Compromís, PSPV y Valencia en Comú, ha puesto freno a la reclasificación de más de 400 hectáreas de huerta previstas en la revisión del PGOU impulsada por el anterior gobierno del PP. Entre los sectores a reclasificar se incluían más de 20 hectáreas en la huerta de Vera que se reservaban para una futura ampliación de la Universidad Politécnica de Valencia, un proyecto que sirvió de base para el trabajo de fin de carrera de Carlos Mondéjar, un estudiante de la Escuela de Ingenieros Agrónomos, cuya propuesta fue premiada por la fundación municipal de innovación Inndea dependiente del Ayuntamiento de Valencia. La huerta es uno de los espacios naturales sobre los que más se ha pensado y reflexionado, sin embargo, hasta ahora no habido una actuación decidida y conjunta de las administraciones para impulsar un verdadero plan de protección y revitalización de la huerta.
Lo que planteaba este trabajo, en línea con los argumentos esgrimidos por el rector de la UPV, Francisco Mora, para mantener la reserva de suelo „renunciando a la nueva ronda exterior„ era convertir la huerta productiva en un parque de huerta con 80 huertos urbanos, en el que se recuperarían las alquerías históricas como zonas de almacenamiento, y en la que se recrearían los antiguos caminos y las acequias de origen medieval se convertirían en acequias urbanas. Este parque de huerta, inspirado en el proyecto del Parque Central de Kathryn Gustafson o en el parque del Agua de Zaragoza, tenía un coste aproximado de 31 millones de euros.
Esta propuesta paisajística promovía el uso de la huerta como espacio de ocio con interés ambiental, histórico y cultural y pretendía concienciar a la población del gran valor de la huerta de Valencia para implantar progresivamente una planificación territorial sostenible con el medioambiente.
En el trabajo se proponen cinco ideas para mejorar la relación de la huerta con la ciudad: defi nir un sistema de espacios abiertos en la huerta, creando conexiones entre
huerta y ciudad en base a infraestructuras verdes; ordenar los desarrollos urbanísticos futuros de forma coherente relacionandolos con
la protección de la huerta; declarar bien de interés cultural los elementos materiales e inmateriales merecedores de esta protección, favoreciendo su rehabilitación y uso; implantar una infraestructuras de uso público en la huerta, ya sean miradores o puntos de descanso de forma que los ciudadanos disfruten del paisaje de la huerta; y por último crear huertos sociales para incentivar la recuperación de la huerta así como promovoer actividades educativas relacionadas con la agricultura.
En la propuesta paisajística de Carlos Mondéjar se aúnan los tres premisas clave que señalan algunos expertos: identidad, estructura y significado. Identidad porque se crea un espacio distinto al resto. Estructura porque se consigue una relación espacial entre el lugar y los ciudadanos y signifi cado porque se genera un sentido práctico o emotivo para los ciudadanos. La propuesta de Mondéjar insiste en el concepto de habitabilidad del paisaje urbano, incorporando lugares que proporcionan a los ciudadanos los referentes de naturalidad, descanso y ocio. En resumen, la propuesta premiada por Inndea para Vera plantea la huerta como un espacio multifuncional. Sin una estrategia y un plan de usos que ponga en valor la huerta, esta espacio único podría acabar abandonado por falta de relevo generacional y caer tarde o temprano ante la presión urbanística. Como gesto en defensa de la huerta, el nuevo ayuntamiento ha creado una concejalía de la huerta. Esta por ver ahora el prespuesto y las medias que pondrá en marcha.