Los propietarios del Sidi Saler solicitan la concesión cinco años después del cierre

El hotel pasó en 2007 a manos del Estado al quedar incluido dentro de la línea marítimo-terrestre, una situación que lo dejó fuera de ordenación y supone, al final de su vida útil, el derribo. Los bancos que se quedaron el hotel a través de un contrato de arrendamiento solo tenían la opción de solicitar al Estado la concesión del Sidi, un paso que ahora han dado.

Con una concesión a 60 años aprobada, los dueños del Sidi revalorizan el hotel «fantasma» de cara a un traspaso y eventual reapertura. Para ello se han acogido ahora a la disposición transitoria de la de la Ley de Costas que da al anterior propietario derecho preferente, durante un periodo de sesenta años, para la obtención de las concesiones para nuevos usos o aprovechamientos que puedan otorgarse sobre la totalidad de la superficie de antigua propiedad privada. Dichas concesiones estarán sujetas a la limitación de plazo y al pago de un canon. Tras años cerrado, este lujoso hotel de cinco estrellas „que cuenta con vigilancia privada„ ubicado en primera línea de playa empieza a acusar el deterioro, al menos en sus paramentos exteriores.

El actual concejal de Desarrollo Urbano, Vicent Sarrià, presentó una moción en la anterior legislatura en la que propuso trasladar el hotel a la ciudad y liberar la playa del parque de hormigón tal como se hizo en su día con la fábrica Plexi, derribada por el ministerio. El PGOU dejó fuera de ordenación todas las edificaciones del parque natural, entre ellas el Sidi Saler, cuya altura permitida se rebajó a dos plantas. Con el polémico deslinde de Costas de 2007 el hotel quedó fuera de ordenación sin posibilidad de reedificar o hacer obras de mantenimiento, recordaron ayer fuentes de Urbanismo