La aprobación de 50 nuevas plazas de Policía Local, que sumadas a las promociones de 2017 y 2016 completan 120 nuevos agentes, no acaban con las preocupaciones de los sindicatos en lo que a plantilla se refiere. Aunque estos agentes pueden cubrir buena parte de los doscientos policías que se han perdido en los últimos años, es inminente la entrada en vigor de la Ley de Jubilación Anticipada, que dejaría en disposición de jubilarse a 247 agentes en València, un 16 % de la plantilla.

Según datos facilitados por UGT, la Policía Local llegó a tener en su mejor momento 1.670 agentes, pero después de una década sin convocar oposiciones ese número se ha reducido en más de doscientos. Los datos actuales hablan de 1.550 policías locales en València, de los que 1.307 son agentes, 151 oficiales, 57 inspectores, 16 intendentes, 12 comisarios y 7 comisarios principales.

Para cubrir este importante déficit, el actual equipo de Gobierno ha sacado, dentro de los cauces que le permite la tasa de reposición marcada por el Gobierno central, tres convocatorias, con 30 agentes en 2016, 40 en 2017 y los 50 aprobados esta misma semana para el año 2018. En total son 120 policías, que sumados a los que lleguen en comisión de servicio pueden cubrir una buena parte de ese déficit. «Insuficiente», opina Benjamín Victoria, portavoz de UGT en la Policía Local de València, pero próximo a lo que se necesita.

Un 16 % de la plantilla

Su mayor preocupación, sin olvidar esta, es lo que puede ocurrir a primeros de año si, como está previsto, sale adelante la Ley de Jubilación Anticipada de la Policía Local. Esta nueva norma, que podría plasmarse en un decreto o ir en la Ley de Acompañamiento de los Presupuestos Generales del Estado, prevé la jubilación voluntaria de los policías a partir de los 59 años. Eso significa que en València capital habría 247 agentes en disposición de pedir su jubilación, un 16 % de la plantilla.

Y eso sí que sería un «agujero preocupante» en la plantilla, incluso si no fueran todos los que solicitaran su baja anticipada, asegura el portavoz de UGT. En previsión de ello el Ayuntamiento de València ya ha tomado algunas medidas. La principal de ella se anunció el pasado miércoles en la Mesa General de Negociación y es el compromiso de cubrir todas las jubilaciones que se vayan produciendo. El problema es, según Benjamín Victoria, que las jubilaciones se gestionan rápido y la convocatoria y celebración de unas oposiciones tarda al menos seis meses. «Eso significa que durante un tiempo podemos pasarlo muy mal si no se adoptan otras medidas», precisa. Y las medidas más probables no son posibles o no gustan demasiado a los sindicatos, asegura.

Una medida que de momento no es posible es hacer un proceso exprés para incorporar agentes en el menor tiempo posible, pero ese procedimiento debía haberlo arbitrado la Generalitat Valenciana y no lo ha hecho. Y la medida que no gusta es la de recurrir a la bolsa de trabajo e incorporar interinos, una fórmula que UGT no ve con buenos ojos.

La última opción sería continuar con la incorporación de policías en comisión de servicios, algo que ya se viene haciendo, pero al final «eso es quitar agentes de un sitio para ponerlos en otro. Tampoco es la solución ideal para nadie», asegura.

La Mesa General de Negociación del Ayuntamiento de València también aprobó el miércoles 28 nuevas plazas de bombero, otro cuerpo que se ha visto seriamente afectado por la falta de incorporaciones en la última década.

En los años 2016 y 2017, además, se convocaron 18 y 11 plazas más respectivamente, lo que suma 57 en estos tres años. Más allá de que sea una cifra suficiente o insuficiente, en este caso no existe el peligro de una jubilación masiva de agentes, ya que los bomberos son una de la decena de profesiones que tienen derecho a una jubilación anticipada por la especial penosidad de su trabajo.