En las 26 páginas del nuevo reglamento de la EMT hay un apartado dedicado a las mascotas, que hasta el momento están prohibidas a excepción de los perros guía. La Concejalía de Bienestar Animal ha influido decididamente en este apartado y por eso ayer asistió a la presentación pública la concejala Glòria Tello.

La base de todo esto es un nuevo carné que se llama Bono Mascota, una tarjeta con la foto del animal, su nombre, el del dueño y la fecha de emisión. Se puede hacer en las oficinas de la EMT, cuesta 5 euros, sirve para dos años y únicamente hay que presentar la documentación del propietario y la cartilla sanitaria del animal.

Pueden tener este carné todas las mascotas, excepto aquellas especies peligrosas o exóticas que puedan causar molestias a los pasajeros. Pero el límite principal estará en el tamaño, ya que todas las mascotas deberán viajar dentro de un transportín de 45 x 35 x 25, lo que traducido a un perro, por ejemplo, supone un máximo aproximado de 15 kilos.

Tampoco se permitirá la concentración de animales. El número máximo dentro de un autobús es de tres, subirán por la parte delantera, deberán ir en buenas condiciones higiénicas y en caso de que molesten a alguna persona tendrán que cambiar de sitio. En caso de conflicto el conductor del autobús tiene la última palabra y como norma general siempre prevalecerá «el humano» por encima del animal, dijo Tello.

En el caso de los perros guía, que ya están autorizados en la EMT, se establece un máximo de dos por autobús y para los perros terapéuticos se habilitará un pase especial.

Según explicó la concejala, la regulación de las mascotas era una demanda ciudadana de primer orden. «En la actualidad hay más familias con mascotas que con niños» y este reglamento viene a «igualar en derechos a aquellas familias que tienen animales y a las que no los tienen».

El nuevo reglamento, explicó Giuseppe Grezzi, es en la actualidad un borrador, que aunque ya ha sido sometido a consultas, deberá ser aprobado en la Junta de Gobierno y en el pleno para posteriormente ser sometido a un periodo de exposición pública por espacio de un mes. En ese tiempo todo el mundo podrá presentar alegaciones. Los conductores, por ejemplo, tenían dudas con las mascotas.