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El puerto licitará a final de año la subestación eléctrica para evitar emisiones de los barcos

Infraestructura

El puerto licitará a final de año la subestación eléctrica para evitar emisiones de los barcos

La nueva instalación, que costará 8 millones, permitirá que los barcos apaguen los motores cuando estén atracados en València

La Autoridad Portuaria de Valencia tiene previsto licitar en el último trimestre de este año la construcción de una subestación eléctrica, con una inversión prevista de ocho millones de euros, para abastecer a los grandes barcos, entre ellos los cruceros, que atracan en el puerto y evitar así las emisiones de gases contaminantes que provocan los motores. La normativa ambiental obliga a los grandes puertos a contar con sistemas de suministro eléctrico capaces de abastecer a los barcos en el horizonte de 2020. El puerto de València, que proyecta el traslado de la terminal de cruceros de la ampliación norte al muelles de Union Naval ubicado frente a Natzaret, sigue así el ejemplo de otros puertos como el de Hamburgo, donde la presión social por la cercanía del puerto a la ciudad obligó a sus responsables a construir una subestación eléctrica hace ya tres años.

El traslado de la terminal de cruceros de la ampliación norte del Puerto de València a un muelle más cercano a la ciudad preocupa a los vecinos del frente marítimo, especialmente de Natzaret, que se oponen a tener enfrente de sus casas a los cruceros, emisores de cantidad de gases contaminantes al tener que mantener encendidos sus motores por la inexistencia de tomas eléctricas en los puertos capaces de soportar el consumo energético de estas ciudades flotantes.

Según la APV, la subestación eléctrica «nos permitirá parar los motores de los barcos cuando estén preparados para conectarse a la red una vez hayan atracado en el puerto». Estas medidas redundarán,afirma el puerto, «positivamente en el bienestar general de los valencianos, en especial de los barrios más próximos a la actividad portuaria». Hay que recordar casi la mitad de las emisiones de dióxido de nitrógeno (NO2) que se registran en la ciudad de València se atribuyen al tráfico portuario y a la actividad industrial.

Para evitar la dependencia de los combustibles fósiles y avanzar en la «descarbonización» del puerto, la APV contempla la instalación de una subestación eléctrica que contará con una potencia de hasta 40MW en su proyecto total; aunque se hará en dos etapas de 20MW cada una (para poder dar servicio cuanto antes, pero también para poderse acoplar a las necesidades futuras que se puedan plantear). Esta potencia permitirá dar servicios a uno o dos cruceros, que consumen entre 10 y 12 megavatios, al mismo tiempo. El consumo de los cruceros es muy superior al de otro barcos, como los ferrys, que consumen entre 2 y 4 MW.

Precisamente las imágenes facilitadas ayer por la plataforma El Litoral per al Poble a este diario en las que se aprecia la humareda negra que emiten los ferrys del puerto cuando arrancan los motores activó esta semana las alertas de los vecinos, que creen que el problema de contaminación del aire y ruido se agravará con la nueva terminal de cruceros prevista en Unión Naval.

Fuentes municipales, por su parte, recordaron ayer que la construcción de una subestación eléctrica es una de las medidas correctoras que el puerto se ha comprometido a ejecutar para minimizar la contaminación de los cruceros. Las mismas fuentes apuntaron que el ayuntamiento se encargará de «contrastar las imágenes aportadas por los vecinos» sobre las emisiones contaminantes de los ferrys a las que dio difusión este diario.

Fuentes municipales destacaron que «tanto Natzaret como toda la fachada marítima merece ser una área de la ciudad donde la calidad de vida sea óptima, y por supuesto, la actividad del puerto no puede ni debe entorpecer la vida diaria de las personas que allí viven. Estamos seguros de que esta es una apreciación compartida por la Autoridad Portuaria».

El ayuntamiento insistió ayer en que «se ha trazado un plan de colaboración con el Puerto, mediante el cual, la llegada de cruceros está sujeta a la puesta en marcha de una estación de suministro eléctrico con la suficiente potencia como para que las naves puedan apagar motores y abastecerse sin necesidad de generar ruidos o emisiones contaminantes».

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