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El concejal Alejandro Ramón, con Fernando Garrigós y Salvador Lara, delante de las obras.m. d.

Dignidad para un reposo eterno

El ayuntamiento ultima la reforma de las parcelas del Cementerio General donde reposaban olvidadas miles de personas

La Séptima Derecha es una de las secciones más conocidas del Cementerio General de València. En su centro está el célebre, por polémico, monolito de las víctimas de la Guerra Civil, ese que enfrentó a los partidos políticos, que ahora, por no tener, ya no tiene ni placa y cuyo texto definitivo todavía está pendiente.

A su alrededor hay cuatro rectángulos de césped. Ahí es donde el ayuntamiento ha llevado a cabo una actuación tendente a recuperar la memoria de todos aquellos que allí están enterrados. Que los hay. Muchos más de los que cualquiera se imagina. Lo visitó ayer el nuevo edil de cementerios, Alejandro Ramón. «Ya no se trata de una gestión política. Es una cuestión de humanidad. Porque los que ahí están lo fueron y hemos tenido que llegar para darles la dignidad que corresponde».

La Sección Séptima es una de las múltiples ampliaciones del camposanto a lo largo de sus doscientos años. Y lo que podía parecer a priori un jardín o un terreno yermo no es tal. Son enterramientos que se fueron produciendo a lo largo de las épocas. El jefe de servicio de cementerios de la ciudad, Fernando Garrigós, y el jefe de sección José Javier Aguado van relatando cómo «en esta sección hay enterramientos desde 1928 hasta 1991 y aún hubo algunos correspondientes a la Beneficencia hasta 1994».

¿Recuerdan la guerra de barcos? Pues así son. Cuadrantes con números y letras que componen una retícula. Y en cada una, enterramientos hacia abajo. Que entraban y salían. Prácticamente todo está referenciado, pero sólo en los archivos. Para dignificar esos cientos de vidas que allí permanecen enterradas, el consistorio sacó a concurso la creación de un espacio que le de dignidad y que explique esa historia. Y que lo s que allí reposan sean alguien. «La gente creía que esto eran parcelas sin más. Jardines. Pero tienen muchas historias». Allí hay enterradas personas de todo tipo. Y prueba de ello es que, sobre todo en Todos los Santos, el césped aparece salpicado de flores

Se sobreentiende que son personas de, por ejemplo, familias que en aquel momento no tenían recursos para adquirir un nicho. O, por lo menos, los llamados «preferentes», que son las hileras de lápidas en el suelo, muchas de ellas ya deterioradas, que rodean, como si de un collar se tratara, estas parcelas. Puede haber represaliados de la Guerra Civil, si, pero es mucho más: es el ciclo de la vida. Porque va mucho más allá del turbulento periodo de 1939 a 1945. Mezcladas con la arcilla hay vidas que se extinguieron durante un periodo de setenta años. Aunque el proyecto ganador tenía como nombre de plica el de 23661, relacionado con la cifra más alta de represaliados que se considera en València.

El suelo ha sido allanado y, a la vez, elevado creando una especie de «piscinas» para que la tierra respire. El arquitecto responsable del proyecto, Salvador Lara, aseguraba que «se ha procurado no profundizar, sino elevar. Aún así, se ha excavado con mucho cuidado, hasta 50 centímetros y no se han encontrado restos humanos». Se calcula que están un poco más abajo.

Lo mismo se ha hecho con una pequeña parcela de la Sección Cuarta, del Cementerio Civil. En cuanto esté finalizado, el césped se cortará a una misma altura.

Todo parece indicar que la actuación se completará erigiendo unos paneles informativos que expliquen la historia. Aunque existen, seguramente no se pondrá de oficio el nombre de los allí enterrados sino que se dejaría a voluntad de los descendientes. «Pero lo importante» destacaba el edil «era reconciliarnos con la dignidad de las personas que aquí están».

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