Los residuos de aparatos eléctricos y electrónicos (RAEEs) pueden contener una serie de sustancias peligrosas para la salud humana y contaminantes para el medio ambiente. Parte de la población no es consciente de las consecuencias que puede acarrear conservar en casa un aparato de este tipo cuando ya ha dejado de funcionar. Sin embargo, estos residuos pueden recibir un tratamiento para reciclar su materia en los ecoparques.
Este año, desde enero hasta octubre, la Entidad Metropolitana para el Tratamiento de Residuos (Emtre) ha recogido un total de 1.610.480 quilos de residuos de aparatos eléctricos y electrónicos, más del doble de los que recogió en 2016 (897.000 quilos), año en que se publicaron los primeros datos disponibles en la página web de la entidad.
Además, la cantidad recogida en 2019 supone un incremento de cerca de 100.000 quilos (un 5,2%) respecto al año pasado.
Según la última memoria anual, el ecoparque de Vara de Quart es el que más RAEEs ingresó en 2018 (alrededor de 258.000 quilos), seguido del de Alboraia, con 105.000 quilos de residuos, mientras que el ecoparque de Albuixech recogió la mínima cantidad (8.300 quilos).
El alcalde de València, Joan Ribó, y el vicealcalde y presidente de la Emtre, Sergi Campillo, presentaron el pasado miércoles una campaña, bajo el título «Hora de reciclar bombillas», para potenciar el reciclaje de bombillas así como aparatos electrónicos y eléctricos.
«Nos guste o no, los problemas de nuestra sociedad respecto a los residuos cada vez son más grandes. Todos y todas estamos haciendo un gran esfuerzo para alcanzar los objetivos marcados por las directivas europeas y nuestra legislación», destacó el alcalde.
Por su parte, el vicealcalde explicó que «esta campaña va dirigida a la ciudadanía que a veces no sabe qué hacer con esos residuos», por eso, la población podrá depositar los residuos eléctricos y electrónicos en supermercados y tiendas que vendan este tipo de productos o bien podrá llamar al servicio de recogida municipal para que los recojan en sus domicilios.
Para el alcalde, el Plan Integral de Residuos conforma «un reto no solo en la gestión de residuos sino también en la concepción de la política verde y la lucha contra el cambio climático», una prioridad para el ayuntamiento.