La temporada de la angula tendrá este año una presencia única en la historia de la comunidad de El Perellonet. Ainhoa Aznar es la primera mujer que cargará el «monot» y pasará las noches esperando que los incautos alevines caigan en la trampa en las limitadas lenguas de agua que hay desde las compuertas de la gola de Puchol y la del Perellonet hasta el mar. Es la primer mujer. Rareza doble si tenemos en cuenta que tiene 16 años.

¿Cómo se le ocurrió hacerse pescadora? ¿Es una revelación?

Viene de años anteriores. Primero, porque se metió mi hermano, empecé a verlo desde niña, me gustaba y me dije que era algo muy interesante

¿Y qué tiene de interesante?

La emoción de ver qué coges. Hay veces que hay, hay veces que no hay. La alegría, el subidón de lograrlo. Además, que es algo familiar, muy tradicional. En casa, esto viene desde mi bisabuelo, que fue pescador, luego mi abuelo, mi padre, mi tío, mi hermano y yo. No es fácil: hay que estar atento por si el «monot» se suelta, pasas frío, sueño... pero es apasionante. Al que es de aquí, por lo menos a la mayoría, le gusta porque ha vivido con ello toda la vida.

¿Ha visto alguna «bomba de angula», de eso de sacar la trampa y estar completamente llena?

Todavía no. Puede pasar, por supuesto. Y también no sacar nada. El éxito de las capturas dependen de muchas cosas, tanto del sitio que te toca cada noche como del año.

¿Es una pesca difícil?

Es una pesca de tener mucha paciencia. Y el éxito depende mucho de la temporada.

¿Cuando será su primera salida?

Dentro de tres domingos será la primera noche como pescadora titular. Iré con mi padre al sitio que nos toque y ahora, de momento, es cuestión de aprender, y aprender mucho.

¿Cómo funciona la pesca de la angula en el Perellonet?

Hay dos pescas: la comunitaria y la individual. En la primera hay turnos de seis pescadores por turno. Cuando han pasado todos los turnos, las capturas se reparten al final entre todos de forma equitativa. Da igual que uno coja un kilo y otro diez. Cuando acaben los siete turnos se coge todo el producto, se pesa y se reparte a partes iguales.

Una vez se ha hecho el primer turno, que ya has salido la primera noche, la tuya ya es pesca por libre. Hay que participar en el sorteo, sacas un número y es el puesto en el que me toca esa noche.

¿Y hay sitios buenos, menos buenos y mucho menos buenos?

Si, sin duda. Hay un par de sitios especialmente buenos, los que están más cerca de las compuertas. La angula llega ahí, queriendo llegar a la Albufera, no puede pasar y se queda allí. . Se lleva mucho tiempo cogiendo muy buenas capturas ahí, aunque siempre es cuestión de suerte

¿Puede pescar cualquiera?

No, has de ser pescador de aquí con determinados requisitos. Tenemos hasta marcados «els monots» para que los revise la Guardia Civil. Todo aquel que no pertenezca a la cofradía es furtivo.

Usted va al Instituto de El Saler. ¿Sorprende lo suyo?

Si. Les sorprende. Pero para mi, lo importante es que una chica ha decidido salir a pescar. Y también es muy importante que sea alguien de mi edad. Aunque hay gente que aún no lo acaban de entender.

¿La pescadora es ya un mote?

Bueno... algunos amigos del Perellonet.

Antes de que usted naciera, las mujeres tuvieron que levantarse en el Palmar para poder conseguir la condición de pescadora. Para usted ha sido muy fácil.

Yo simplemente al cumplir la edad fui a decir que quería serlo. Cumplía los requisitos e ingresé sin problemas. Tenemos todo el derecho y la misma capacidad de un hombre para hacerlo.

¿Podría haber más?

¡Un montón! Pero de momento ninguna más quiere. Pero ojalá esto sirviera para continuar la tradición. Pero chicas y chicos. Es algo que se está perdiendo porque la gente no quiere. Todos tienen sus razones. Pero a mi me gustaría que entrara más gente joven.

¿Para qué sirve pescar la angula en términos económicos?

Da su dinero... cuando da. Además, no es lo mismo el precio en los restaurantes que el precio de venta del pescador al cliente. Ni mucho menos. A veces da bueno, a veces «bueno». Lo que gane, pues será para algún capricho, ¡que todavía vivo en casa!. Depende de lo que se pesque. Algo de ropa seguramente, será mi primer premio.

¿Esta es su «afición»?

Me gusta mucho el boxeo. Lo practico en casa. Tengo un saco y guantes . Y cuando acabe el instituto me gustaría dedicarme al teatro.

¿Puede vencer la tentación de decir «no, no las voy a vender: éstas me las quedo y me las ceno»?

Es que a veces me las quedaré. Para eso, el pescador ha que seguir el cauce legal: pescar, consignar la captura y entonces indicar que ésta o aquella cantidad es para consumo propio. ¡Claro que me gustan!. Con ajito y guindilla.