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La policía pasa por delante del bar clausurado en Balmes. levante-emv

Vecinos de Balmes, hartos de las mafias de la prostitución y la droga

Los residentes reclaman a Actividades que no permita reabrir al bar clausurado por Sanidad

Advierten de que el riesgo de contagio por covid del prostíbulo de Viana va a más y piden el cierre

Vecinos de Balmes Unidos, el colectivo que aglutina a una treintena de vecinos del entorno de la calle Balmes, casi el último reducto del denominado barrio chino de Velluters, reclamaron ayer a la concejalía de Actividades, con Lucía Beamud al frente, que no conceda licencia al bar clausurado esta semana en Balmes tras una inspección del ayuntamiento en la que se detectaron más de trece vulneraciones de la normativa sanitaria y de seguridad.

Una portavoz de la citada entidad vecinal, que lleva más de ocho años denunciando la venta de droga y la prostitución en el barrio chino, lamentó ayer la inacción de la Delegación del Gobierno y la Policía Local para acabar con este punto negro del barrio. El entorno de las calles Balmes y Viana, donde desde hace años funciona un prostíbulo, es ahora más que nunca un problema por la covid-19. Toxicómanos, proxenetas y clientes del prostíbulo, que se congregan sobre todo en fin de semana a las puertas del mismo formando colas que llegan hasta la calle Balmes, «van sin mascarilla». Una situación que aumenta el «horror que vivimos desde hace años en esta calle», explica a esta diario una portavoz e Vecinos de Balmes Unidos. Los residentes aseguran que con frecuencia graban con sus teléfonos móviles desde el balcón de sus casas los problemas que viven a diario relacionados con la prostitución y la venta de droga. «Las peleas son habituales y tenemos que llamar cada dos por tres a la policía», aseguran los vecinos, que reclaman a los agentes «que actúen contra las mafias de la prostitución y la droga que controlan la zona».

Los vecinos aseguran que en el ayuntamiento «se pasan la pelota de unos a otros y el problema no se resuelve». «No podemos salir de casa porque nos insultan y amenazan por grabar con el móvil las situaciones que vivimos». Cada dos por tres tenemos que llamar a la policía. Esto es peor que el Bronx».

Desde 2012,los vecinos de la calle Balmes vienen denunciando los problemas de los negocios, que como el bar clausurado esta semana, aseguran que están relacionados con las mafias de la prostitución y la droga. Poco a poco y a golpe de inspecciones en los locales que destaparon el incumplimiento de las condiciones de higiene ni seguridad, se han ido cerrando muchos locales. Las actividades ilegales se han ido desplazando y concentrado en el entorno de la calle Balmes. «Hemos ido denunciando y pidiendo inspecciones en el ayuntamiento porque estos locales no reúnen condiciones, se han encontrado cucarachas, no tienen extintores de incendios ni extractores de humos», afirman los vecinos, que recuerdan que cuando el bar que el pasado jueves se clausuró tuvo que cerrar por el estado de alarma «la calle estaba muy tranquila, pero ahora está peor que nunca, por eso pedimos a Licencias que no le conceda permiso».

Tal como informó este diario, el dueño del local podría reabrir si subsana las deficiencias detectadas por los inspectores en el plazo de un mes. «Queremos el cierre definitivo y una actuación conjunta para poner fin» al foco de droga y prostitución de la calle Balmes.

El Ayuntamiento de València ha dado pasos importantes en los últimos años para mitigar estos problemas, aunque no ha conseguido erradicarlo. Ni siquiera con la pandemia, ya que las colas y la clientela del prostíbulo de Viana, 7 no ha tenido reparos en seguir acudiendo al local pese a la grave situación sanitaria.

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