Fue la voz aterciopelada de las fiestas y tradiciones valencianas principalmente, aunque en su vida profesional de periodista tocó todos los géneros e intervino en los grandes acontecimientos. Maestra Nacional, estudió periodismo y fue redactora de Radio Nacional de España durante todos los años de ejercicio. Pertenecía a Mujeres Periodistas del Mediterráneo y era académica correspondiente de la RACV por Rocafort.

Hija de un juez ejerciente en Sagunto, despertó pronto a las lides docentes y periodísticas, y era una activista del vademecum festero valenciano tan amplio, nutrido e intenso, participando directamente bien organizando o siendo protagonista de multitud de festejos. En el costumario lúdico era infaltable. Uno de los cargos que ostentó fue la de Presidenta de Amics del Corpus y llevó la Roca del Santo Cáliz a Roma para que Juan Pablo II la bendijera en la plaza de san Pedro.

Su característica voz locutó muchas de las Cabalgatas de Reyes en la plaza del Ayuntamiento y las Batallas de Flores en el Paseo de la Alameda de Valencia. Era muy activa y creativa, ingeniosa, y supo conectar con muchos de los sectores de nuestra sociedad, cuyas entretelas conocía a la perfección. Vivió con intensidad el periodismo, especialmente el de calle, calle con la que convivía a la perfección también fuera de sus obligaciones laborales. Era periodista hasta la médula, llevando siempre el oficio encima y arrastrando hasta su radio o los medios donde colaboraba las noticias que pudieran servir a la sociedad, fueran del tipo que fueran.

Nos deja una de las voces preclaras de la radio y una gran profesional del periodismo, vocación que ejercía con pasión e impregnada de una fuerte y profunda valencianía, una periodista de la vieja escuela, totalmente vocacional, que hicieron filigranas en la radio cuando no se tenía las ventajas tecnológicas de ahora, pero la creatividad y las ganas superaban las incomodidades y falta de herramientas.

Y con lo profesional, María Amparo Perís nos deja el ejemplo de su intenso amor por Valencia y lo valenciano, era valenciana practicante, un sin parar, que se apuntaba la primera a todo aquello que supusiera defender y mantener viva la tradición propia, genuina, autóctona nuestra. Lo hizo sin descanso en cada minuto de su vida personal y profesional.