Desde el año 2005 la Plataforma per Russafa está trabajando para que se mantenga la gran arboleda del parque Manuel Granero que ha estado varias veces en peligro.

Primero, en 2005, el ayuntamiento elaboró un proyecto que pretendía realizar un aparcamiento subterráneo justo debajo del parque, lo que hubiese significado la tala de la mayoría de los árboles. Desde la Plataforma nos pusimos rápidamente en marcha para defender el único pulmón verde que había entonces en el barrio. Trabajamos muy duro, argumentando y explicando al vecindario nuestra oposición total a ese proyecto de aparcamiento, incluso planteándole al ayuntamiento otros emplazamientos para realizarlo, consiguiendo una gran movilización del barrio. Fueron años de protestas, de fiestas reivindicativas, pancartas en los balcones, participación de comercios y escuelas del barrio, y se hizo tremendamente popular la frase «los árboles del parque no se tocan».

Todo este esfuerzo conjunto con el objetivo de parar ese proyecto sin sentido y destructor que hubiese terminado, con el único pulmón verde que había en el barrio. Lo conseguimos, paramos ese proyecto, no se realizó, pero a partir de ahí el abandono del parque por parte del ayuntamiento fue total y de nuevo nos pusimos en marcha para exigir su mantenimiento y adecuación.

Llegaron las elecciones de 2015 y cambió el ayuntamiento. La nueva corporación se encontró entonces con un proyecto de remodelación del parque y con presupuesto para llevarlo adelante, ¡por fin se iba a arreglar!, pero nuestra alegría duró un soplido, pues era un «regalo envenado». Ese proyecto, redactado por el anterior ayuntamiento, ponía en peligro otra vez la arboleda a medio plazo. De nuevo nos pusimos en marcha y le hicimos saber al nuevo ayuntamiento nuestro rechazo absoluto a ese plan, de nuevo tuvimos que reivindicar que «los árboles del parque no se tocan». Esta vez, desde el ayuntamiento se nos ha convocado a todas las asociaciones del barrio para tratar el tema, y después de varias reuniones se ha llegado a un diseño de remodelación del parque consensuado.

Pero, ¿se acaba aquí nuestro papel? No. Pues hay dos aspectos que nos preocupan y de nuevo tienen que ver con los árboles. Por un lado, hemos manifestado en todas las reuniones, y además adjuntando informes de expertos, que los árboles del parque han crecido libres, es decir, han extendido sus raíces hasta done el árbol ha considerado y ahora, a algunos se les quiere poner alcorques, esos cuadrados que vemos en las aceras. El problema es que los alcorques sólo tienen unos metros de anchura y profundidad, lo que significa que para ponerlos alrededor del árbol, necesariamente van a tener que recortar sus raíces, cosa que comportaría la muerte del árbol en unos cuantos años. No es lo mismo plantar un árbol dentro de un alcorque cuyas raíces se habitúan dentro de ese espacio, que ponérselo a un árbol cuyas raíces han crecido libres y se han extendido sin impedimentos. Además, recortar sus raíces, su enganche a la tierra, es un peligro, al presentar una menor resistencia a su posible caída.

Por otro lado, consideramos excesivo el cimentado previsto del suelo en la remodelación. Aunque el ayuntamiento asegura que se trata de un material poroso que podrá absorber el agua y dejará «respirar» a las raíces, creemos se debería limitar a la zona más transitada, el paseo central, no siendo necesaria la pavimentación de otros recorridos junto a los árboles. Los jardines históricos y bulevares arbolados de Valencia que nos han llegado hasta nuestros días no están pavimentados y disfrutan de un buen mantenimiento y uso. Gracias al suelo desnudo la ciudad y las personas respiran. Asfalto y cemento ya tenemos suficiente, poroso o no.