La puesta sobre la mesa, por parte del Grupo Municipal Popular, del nombre de Rita Barberá para que sea reconocida como «Alcaldesa Honoraria», dentro de la lista de honores y distinciones a entregar con motivo de la festividad del 9 d’Octubre, y cuyo plazo terminaba este martes, ha seguido prácticamente el guión establecido: convertirse en materia de reproche a dos bandas.

El tema, de momento, ha quedado aparcado. Tanto esa distinción -realmente, la negativa a concedérsela- como el resto de reconocimientos (medallas y filiaciones adoptivas y predilectas), debía haberse tratado en la Junta de Portavoces y el tema ha sido trasladado a la Comisión de Cultura.

A partir de ahí, el choque. Primero fue la líder del PP, María José Català, quien acusaba al alcalde Joan Ribó, de «no dar la cara para tratar de ocultar su postura en contra», en alusión a ese traslado a otra comisión y en alusión a la opinión recogida ayer por Levante-EMV, sobre la intención de no apoyarla.

Català espera que el alcalde «recapacite». «Si el argumento es decir que hace muy poco que murió, no se sostiene». Y rescató para ello un caso y un protagonista muy reciente: «el año pasado, recién fallecido, al concejal de Hacienda, el socialista Ramón Vilar, se le nombró concejal honorario. Toda la corporación lo decidimos y el PP estuvo donde tenía que estar. Respaldamos la propuesta y estuvimos a la altura de las circunstancias. Por ello me parece una miopía institucional y bajeza política no aceptar esta propuesta», explicó.

Existe una norma no escrita por la que las distinciones se aceptan, procedan del grupo municipal que proceda, aunque uno de los argumentos esgrimidos para no conceder el honor a Rita Barberá es que en el mismo no se incluía una figura como la alcaldía honoraria. Català ha asegurado que «el PP mantendrá su propuesta», a la vez que ha aprovechado para establecer comparaciones: «esta negación es la típica respuesta de un hombre que se ve totalmente cuestionado y que no llega a la altura de una figura como Rita Barberá».

«El tiempo normaliza las cosas»

Después fue Joan Ribó quien compareció. Y lo hizo para mantener el motivo por el que ese tema mejor es no «meneallo». «Mi opinión es muy clara. Hace menos de seis años que faltó esta señora. Una alcaldía honoraria ha de dejar correr el tiempo. Y el paso del tiempo es muy positivo en este sentido. Normaliza las cosas y las opiniones. Eso ayuda a que los problemas que hay puedan pasar».

Y lanzó otro dardo de tipo político: «no se pueden usar las distinciones para cuestiones internas. Si veis qué está pasando en el Partido Popular veréis que hay un señor que se llama Francisco Camps que quiere ser candidato.... un tema tan serio como es el de los alcaldes no se puede usar en batallas internas de partido».

Se refirió a la cuestión del concejal honorario de Ramón Vilar para replicar que no es lo mismo: «No tiene para nada el mismo carácter un concejal que un alcalde horario, con todo el beneplácito y el respeto para un concejal. No se ha concedido este honor este siglo, cuando por la ciudad han pasado también personas que fueron alcaldes y de gran prestigio».

A partir de ahí, el asunto derivó en si en la junta se había presentado o no la propuesta, más allá de la molla de resolver o no. Ribó aseguraba que la petición «si se tenía que hacer, era el momento y la señora Català no ha dicho ni mu» en la Junta de Portavoces. «No se ha dicho nada, absolutamente nada. Cuando quiera lo trataremos», dijo.

Mientras, el PP mostraba la propuesta por escrito a la Comisión de Patrimonio, que es la competente.

Sandra Gómez también incidió en que «la portavoz del PP no ha propuesto en la Junta de Portavoces nombrar a Barberá alcaldesa honoraria. No ha dicho nada. Estaría bien que mantuviera al Ayuntamiento al margen de sus luchas internas con Paco Camps por el PP de València». Y Sergi Campillo ha dicho al respecto que «lo merece más Ricard Pérez Casado».