Niños y niñas del CEIP Santa Teresa de València protagonizaron ayer a las 9 de la mañana una acción de protesta para a las puertas del centro en la que los pequeños acudieron vestidos con ropa de playa, protección solar y gorra para quejarse del «insoportable calor» que sufren en el patio del colegio. La Asociación de Familias de Alumnos (AFA) pidió así a la Conselleria de Educación que ofrezca una solución ante la ausencia de sombra en el patio que les permita resguardarse del sol durante los meses de calor. 

Como expuso Estela, miembro de la AFA, piden desde hace cinco años la instalación de un toldo. «El patio en este colegio es algo muy importante», expresó. Sin embargo, las elevadas temperaturas suponen un gran problema para los pequeños: los termómetros han llegado a marcar los 45 º C. «Necesitamos una intervención rápida porque nuestros niños no pueden jugar en el patio», afirmó. 

Hace dos días fue la graduación de los alumnos de sexto de Primaria y la mitad de los asistentes estuvo en el sol para poder guardar la distancia de seguridad. «Es un patio pequeño y lo utilizamos para todo», declaró Paula, también miembro del AFA.  

Estela lleva nueve años luchando por combatir la calor del colegio. Según las madres, el anterior gobierno no les «hacía caso». Sin embargo, desde la llegada del gobierno actual, consideran que se les escucha pero que no se «aplican las soluciones». Con la covid-19 se han agravado las dificultades. El patio ha estado dividido todo el curso para guardar la distancia de seguridad y, en la zona sin sombra, los niños se asan de calor. «Si el curso que viene no nos ponen un toldo, tendrán que quedarse dentro del aula para jugar y descansar», declararon.

A nivel técnico, desde la AFA relataron que se puede aplicar la instalación de un toldo. Tomaron como ejemplo el caso del CEIP Cervantes, en el que ya se implementó esta medida. 

Un problema de fondo

Los miembros del AFA detallaron que esta escuela tiene «un problema de base» desde su construcción hace más de diez años. «Se hizo todo con materiales muy malos», apuntaron. Por otro lado, relataron que, cuando llueve, las paredes son surtidores. «Tenemos un problema de humedades impresionante», manifestaron.

Así pues, las familias se han visto obligadas a tomar medidas para paliar las deficiencias. El Centro del Carmen les dejaba las pancartas y las colgaban de lado a lado del patio para que los niños tuvieran un «mínimo de sombra», para que pudieran hacer las actividades extraescolares.