El Ayuntamiento de València, a través de la Concejalía de Educación, ha creado una comisión de trabajo dedicada específicamente a abordar el fenómeno del absentismo escolar, un problema que ya era grave antes de la pandemia y que se ha disparado como consecuencia de la misma. De hecho, en el último año se han sumado aproximadamente 400 nuevos casos en València a los más de mil que ya estaban incluidos en el programa municipal contra el absentismo.
El objetivo de la comisión, según ha explicado la concejala Maite Ibáñez, es conseguir la plena escolarización del alumnado en la etapa que contempla la educación obligatoria, es decir, hasta los 16 años. Por primera vez, el grupo de trabajo encargado de este asunto incluirá, junto a las aportaciones de la comunidad educativa en sí, las de agentes externos plenamente afectados por el fenómeno, como son los Servicios Sociales Municipales, la Fiscalía de Menores, la Conselleria de Educación o la Policía Local.
La nueva Comisión municipal de absentismo escolar se constituirá formalmente mañana, día 7. Según Ibáñez, la idea de su constitución era anterior a la pandemia, pues se había detectado cierto estancamiento de los datos, es decir, no bajaban pese al trabajo del Plan de Absentismo Escolar Municipal.
Ahora, además, la situación se ha complicado aún más por la crisis sanitaria, de manera que se ha pasado de poco más de mil chicos atendidos en este programa a más de 1.400. «Hay unos 400 más», dijo la concejala de Educación, quien aseguró, en cualquier caso, que a medida que han ido pasando los meses la situación ha ido mejorando.
La concejala ha definido las situaciones de absentismo como un problema educacional y social que hay que abordar desde diferentes enfoques y miradas. «Hay que tener en cuenta que las causas del absentismo suelen provenir de una situación familiar problemática (economía precaria, drogodependencias, trastornos emocionales, violencia doméstica…), de una sobreprotección, de casos de control, o por la asunción de roles adultos del alumnado menor de edad (tener empleos esporádicos, atender a otros familiares enfermos o cuidar de hermanos pequeños…). También son causa de absentismo la distancia del alumno al centro o las diversas realidades culturales», explicó. «Estamos ante un fenómeno con raíces y causas muy heterogéneas –continuó la concejala- y por ello, afrontar y abordar el tema requiere emprender acciones desde distintos frentes, de modo interrelacionado».
Las consecuencias habituales del absentismo son la reducción de su rendimiento académico; desinterés hacia la escuela y hacia su propia formación, no adquisición de conocimientos básicos y restricción de sus posibilidades de acceso a vías de educación o formación posteriores.