El Ayuntamiento de València, a través del servicio de Disciplina Urbanística municipal, ha exigido a los bancos que son propietarios de unos bajos comerciales en la calle Picayo de Benicalap que «subsane las deficiencias de las plantas bajas y que dejen sus inmuebles en las condiciones de seguridad, funcionalidad y habitabilidad exigidas por la legislación urbanística». Este requerimento nace de la denuncia de la Asociación de Vecinos de Benicalap ante el consistorio por las malas condiciones de sanidad y seguridad en las que se encuentran los locales, una situación que dificulta el bienestar de los residentes.

El solar que albergó una fábrica y donde se urbanizará. | R.L.V

A esta coyuntura, que forma parte del triángulo de calle Picayo, Periodista Subiela y General Llorents, se suma el abandono de un solar que albergó una fábrica hace años y que, a la espera de urbanizarse, está inhabitado, sucio y acumula la presencia de roedores que se pasean por el barrio. «Tendra unos 3.000 metros cuadrados y tiene agujeros, ratas, está muy sucio», explican desde la Asociación de Vecinos a Levante-EMV. Este solar conecta directamente con los locales de los bancos, que actualmente están ocupados por diferentes familias. Un «cóctel»que está provocando «conflictos y mala convivencia» entre los vecinos y las familias que habitan en los bajos.

Problemas de convivencia

«Hay preocupación en el barrio por los problemas de convivencia, algo que es puntual, pues esta zona es muy tranquila y ahora estamos viviendo noches con ruido, suciedad, encontronazos con los vecinos», detallan. La asociación apunta que ha tenido varias reuniones con la Policía Local de distrito y con el concejal de Seguridad Ciudadana, Aarón Cano, y que todos son conscientes de la situación que «lejos de estar controlada, al menos está encauzada», matizan los vecinos. Tanto es así, que «el concejal se comprometió a hacer las gestiones que fueran necesarias para mejorar la convivencia», añaden.

Además de las reuniones con la administración para dar cuenta de los conflictos entre convivientes, la asociación pide dos cosas: que se agilicen los trámites para urbanizar el solar, donde está proyectado un edificio, un parque y una zona peatonal y así acabar con la suciedad y el abandono de un solar «que solo trae ratas e insalubridad» y que los propietarios de las plantas bajas que conectan con la antigua fábrica (que son entidades financieras, según ha podido saber este periódico) garanticen unas condiciones de limpieza y seguridad mínimas.

Las reivindicaciones vecinales sobre el problema están dando sus frutos, dicen desde la asociación. «Nos hemos puesto en contacto con todos los actores que pueden incidir en el proceso para mejorar la situación y estamos recibiendo respuesta», añaden. De hecho, ayer mismo, los vecinos recibieron un escrito informativo del ayuntamiento que decía que había comenzado el proceso para requerir a los propietarios de los bajos que los adecentaran. «Es un paso», reconocen. Y recuerdan los problemas que causaba que las puertas del solar que albergó la fábrica no estuvieran tapiadas. Pero todo llega. Y los vecinos de Benicalap esperan como agua de mayo ver solucionados sus problemas. La administración lo sabe. La policía lo sabe. Ahora solo queda que la longevidad burocrática no se demore demasiado.