Tanto el alcalde Joan Ribó como la vicealcaldesa Sandra Gómez han acogido con cierta frialdad la noticia publicada ayer por Levante-EMV de que Grupo IMED proyecta instalar un nuevo hospital en la antigua sede de Iberdrola en la calle Isabel La Católica. El alcalde, conocedor de los recelos que suscita en los vecinos de l’Eixample la posible transformación del inmueble en un centro hospitalario, afirmó a la prensa que desde el gobierno municipal «estaremos atentos, un hospital tiene que reunir unas condiciones determinadas y no tiene que quedar insertado en una isla entre las casas de los vecinos», puntualizó el alcalde.

El funcionamiento diario de un centro hospitalario por el que pasan cientos de pacientes y familiates «genera muchos problemas a la convivencia de los vecinos como he podido comprobar con la clínica del Consuelo, que está al lado de mi casa, y que conozco bien», matizó Joan Ribó. Por eso, refiriéndose al Consuelo «hemos exigido a Vithas, grupo al que pertenece este hospital una serie de cosas», que probablemente vino a indicar el alcalde, tendrá que cumplir también IMED. Por su parte, la vicealcaldesa Sandra Gómez dijo desconocer desde el área de urbanismo este proyecto de nuevo hospital pero advirtió que van a estar «vigilantes» para que se compatibilice el uso sanitario futuro con la tranquilidad de los vecinos. «Estaría encantada de reunirme con los propietarios porque no conocemos de primera mano el proyecto» dijo la concejala de Urbanismo. Eso sí, desde su departamento velarán para garantizar que el uso residencial «sea compatible con el uso residencial para los vecinos y vecinas».