El patinete gana enteros a pasos agigantados en el carril bici. Tanto, que en los pocos años que lleva en funcionamiento se acerca en uso a la bicicleta. Ya suponen un tercio de los vehículos que se mueven por las pistas rojas de la ciudad.
También se constata la escasa cantidad de ciclistas que utilizan casco o que el diez por ciento de los usuarios de patinetes infringen la ley y no lo llevan.
Estas son algunas de las conclusiones del estudio de movilidad sostenible realizado por la Cátedra de Economía Colaborativa y Transformación Digital de la Universitat de València, presentado en Las Naves y que tiene como objetivo conocer los patrones de desplazamiento, sus perfiles de edad y ver su evolución en los años 2020 y 2021.
Para ello, el trabajo se ha realizado sobre una observación «in situ» en diferentes zonas de la ciudad en dos grandes tandas: noviembre de 2020 y septiembre de 2021, con más de 54.000 desplazamientos observados y clasificados.
Entre las conclusiones que se extraen destaca la casi paridad: el 60 por ciento de los usuarios son nombres. Pero el número de mujeres que la utilizan baja en los lugares donde la accesibilidad de carriles bici es peor, como las rondas norte y sur, Pérez Galdós o Benicalap. Y cuanto mayor es la edad del usuario, menor es la cantidad de mujeres. Entre 16 y 30 años, ellas son el 42 por ciento, y mayores de 51 sólo se aprecia el 32 por ciento.
Del uso del casco llama la atención que tan sólo el 4 por ciento de usuarios de Valenbisi lo utiliza, y que su uso es mayor en zonas periféricas, seguramente, por contagio de rodar junto a calzadas con un tráfico más rápido.
Por lo que respecta a los riders se contabiliza que un 3 por ciento de los desplazamientos corresponden a este grupo profesional, que más del 90 por ciento son hombres y que ha aumentado el uso de casco del 25 al 41 por ciento en un año. La laboralización del personal se ha traducido, de forma muy rápida, en una mayor inversión en vehículos más eficientes para el desarrollo del trabajo y un incremento del uso de elementos de protección personal.
Otro dato a tener en cuenta tras la pandemia es el uso del Valenbisi y la forma de hacerlo. El estudio determina que está cayendo el uso de abonos de larga duración, mientras que crece el de corta duración. Ese tipo de bicicletas raya en la paridad en lo que toca a género y la gran mayoría de sus usuarios son jóvenes. Las personas más mayores son fieles a la bicicleta propia.
Carlos Galiana, concejal de Innovación del Ayuntamiento de València, remarcó que «la movilidad sostenible es uno de los derechos de los ciudadanos y una de las formas de vivir y entender la ciudad. Disfrutar de la ciudad más allá del desplazamiento de A a B. Significa poder disfrutar de un paseo, hacer deporte, sentarse a la fresca, ver jugar a los niños y niñas sin sufrir por el tráfico, de ir por la bici sin tener que pensar qué camino es peligroso y cuál es seguro. La movilidad sostenible es clave para conseguir una ciudad neutra como estamos persiguiendo con la primera misión de innovación».