“Lo más divertido de mi trabajo es idear un proyecto, ver crecer lo que apuntas como idea en una libreta y que se convierta en algo como esto”, admite Antonio Calero, dueño de Marina Beach Club, desde el corazón de su nuevo restaurante en València.

El trajín en el interior de este imponente local es absoluto cuando el empresario atiende a Levante-EMV. Hay personal ultimando algunos detalles finales a contrarreloj para la inauguración de hoy sábado, porque la minuciosidad de la marca Calero obliga a tener cuidados todos los aspectos.

En la cocina, los fogones se preparan para recibir a los comensales en los próximos días, mientras el Dj revisa el sonido y los técnicos comprueban y ajustan cada píxel de las pantallas de última generación y máxima resolución que ocupan más de 70 metros de pared.

El local tiene más de 70 metros de pantallas en la pared en la que se pueden ver desde paisajes hasta obras de arte del Museo del Prado. M.A.Montesinos

La Diva Restaurante’ abrirá sus puertas este sábado 4 de diciembre en la calle Sorní 42, en un local de 900 metros cuadrados ocupado antes por un gimnasio que fue completamente derruido para levantar en el corazón del ‘cap i casal’ un templo inspirado en la época dorada de Hollywood.

El imaginario e iconografía lo marca un cuadro de la serie ‘sombrero coqueto’ obra de la artista Lorraine Dell Wood, trabajadora de la llamada época dorada del cine estadounidense. Desde ese punto de partida, el equipo de diseño interior de Proyecto Singular ha creado un espacio que actualiza el espíritu de esos años locos de Hollywood.

Situado en el distrito de l’Eixample, ‘La Diva’ podría estar ubicado en el ‘soho’ de cualquier gran ciudad. Tiene el aspecto, la consistencia y la intención de convertirse en un lugar de paso obligado para quienes visiten València.

La apertura de ‘La Diva’ ha supuesto una inversión de cinco millones de euros, de los que casi un millón están destinados al equipamiento tecnológico del local, que se convertirá en discoteca al filo de la medianoche. El restaurante tiene capacidad para 180 comensales, mientras que el club acogerá a medio millar de personas.

El diseño está cuidado al milímetro. Tanto que cada pieza visible del local está realizada ex profeso para ‘La Diva’. El restaurante cuenta con una vajilla propia que se adapta a las distintas zonas del local y una cabina de DJ realizada a mano en madera.

El nivel de detalle es tal que los gueridones son de creación propia y los reposacubiertos han viajado desde Asia para que el color del mármol mantenga la gama cromática del restaurante. Mármol, madera y terciopelo son los principales materiales del local, cuya joya de la corona es una barra realizada al completo con planchas de latón.

El restaurante supera las 200 referencias de vino y roza el medio centenar de en champanes. M.A.Montesinos

Pero en este local se trata de hacer sentir como una diva a la clientela, por eso han convertido los baños en un peculiar espacio en el que conviven los aseos y el tocador bajo una intensa luz roja que se ambienta con su propio Dj.

La entrada VIP, situada también en la calle Sorní, permitirá a los clientes del club nocturno acceder al local a través de la cocina. Por que, según explica Calero, “los amigos de la casa entran por la cocina” a través de un pasillo de cerámica negra.

Pese a lo que pueda parecer, la carta está pensada “para todo tipo de clientes”. La oferta gastronómica recorre medio planeta e incluye desde unas bravas castizas, hasta una lubina ‘rabiosa’ o rolls de sushi. Un menú diseñado para convertir el restaurante en el local de moda de la ciudad. A juzgar por el volumen de reservas que ha recibido antes de su apertura, media ciudad está deseando que La Diva haga su aparición estelar.