La plaza del Ayuntamiento se ha reencontrado con las sensaciones de la "mascletà" casi dos meses después de Fallas. El día de la Virgen de los Desamparados ha convocado a los aficionados a la habitual cita de las 14 horas para presenciar un disparo de Pirotecnia Aitana. Más pequeño que uno convencional, al no disponer de las medidas de seguridad convencionales -la jaula- pero sí con la suficiente potencia como para hacer pasar un muy buen rato. Los efectos digitales fueron uno de los puntos fuertes del espectáculo, que fue seguido por una más que respetable presencia de público. No había falleras en el balcón, ni megafonía con música, ni el pirotécnico subió al balcón, liturgias de los días de marzo, pero el concejal de Fallas, Santiago Ballester, sí que bajó a felicitar a los responsables de Aitana.

Como dato curioso, algo que sucede en esta plaza cuando se dispara en estas fechas: el sonido es igual de potente, pero la visual -entre quienes están cerca o en los balcones- no es la misma: los plantaneros disponen ahora de ramas llenas de hojas, lo que dificulta "ver" el disparo. A pesar de lo cual, la pirotecnia cumplió sobradamente el cometido de reverdecer sensaciones.