Ni una palabra más alta que la otra, ni un mal gesto. Pello Otxandiano ha llegado a la cima este 21 de abril sin una sola mueca que mostrara si su campaña iba bien o regular. Impasible en las formas y pausado al explicar todas sus propuestas, procuró no pisar charcos. Pero se metió en uno que a ratos pareció demasiado grande cuando evitó calificar a ETA como grupo terrorista. Las urnas han demostrado que no lo fue tanto. Otxandiano ha llevado a la izquierda abertzale a donde siempre quiso estar, a la par que el PNV. Por encima incluso. Con él, EH Bildu ya no es el hermano pequeño y protestón, ahora es un partido con respaldo suficiente como para gobernar, aunque necesita aliados que hasta ahora no ha tenido.
Última hora
Una fuga del gas refrigerante de la nevera propició el inicio del incendio de Campanar
ELECCIONES VASCAS