José Manuel llevaba más de 10 años corriendo de forma regular con sus zapatillas pronadoras. Hasta que una fascitis le dejó ko hace dos años. «Nada de correr durante un tiempo», le ordenó su traumatólogo. Una segunda opinión a un reconocido fisioterapeuta de Valencia le cambió la vida. «Empieza a correr con las puntas y, progresivamente, ves alternando con correr descalzo. Ya verás como te curas». A José Manuel le costó entender aquella sorprendente prescripción médica, cada día más frecuente en las clínicas para fastidio de las grandes marcas de zapatillas de «running», que miran con recelo el auge de una práctica natural, que recupera la esencia del hombre.

De aquel consejo clínico hace ahora un año y medio y José Manuel está totalmente curado. El domingo correrá la media maratón de Valencia. Descalzo, por supuesto. «Para correr descalzo es necesaria una progresión, pero es una práctica imparable. La ciencia la avala. Lo que produce las lesiones son los impactos de las zapatillas amortiguadas», explica Ramón Auñón, presidente del Club de corredores descalzos y minimalistas de la Comunitat Valenciana, el único de España que agrupa a gente que aparcó las zapatillas convencionales. Cuatro años después de su creación, hoy agrupa a más de 40 socios, aunque en realidad representa ya a más de 150 corredores. No se sorprendan cuando vean a al menos una decena de corredores en el maratón de Valencia del 15 de noviembre.

El descalcismo tiene sus detractores. Los que han cruzado al otro lado, sin embargo, aseguran que sólo hace falta probarlo. «El cuerpo adquiere la técnica natural de correr, se suprime la talonación y se evitan las principales lesiones», explica Ramón. Otro ejemplo para entenderlo: «Cuando saltamos nunca caemos con los talones, sino con las puntas. Lo mismo ocurre al correr de forma natural», explica. Muchas periostitis y fascitis, dos de las grandes lesiones de los «runners», han sido curadas al pasarse al «minimalismo» „uso de zapatillas sin amortiguación y paso previo al «descalcismo» „como la periostitis o la fascitis. No sólo eso. «Recuperas la sensibilidad de los pies. Por algo tenemos tantos nervios ahí, porque sirven para darnos información del suelo», añade Ramón, que recuerda que en otros países los corredores descalzos empiezan a ganar carreras populares. «Pronto lo veremos en España. Todo aquel que se pasa al minimalismo termina mejorando sus tiempos», añade. Nada es, definitivamente, lo que parece.