El sábado 9 de marzo tuve que acudir con mi hijo Santiago, de 13 años, a urgencias del hospital La Fe por un accidente con la bicicleta. Sólo quiero dejar constancia de la rapidez, eficiencia y profesionalidad que desplegaron con nosotros todos los profesionales con los que tuvimos que tratar, además de la amabilidad y calidez en el trato. En esta época difícil para ellos, y para la mayoría de los ciudadanos, su actuación fue, además de impecable desde el punto de vista profesional, inmejorable en el trato humano que nos dispensaron. Únicamente olvidé preguntar que podía hacer para agradecérselo y dónde habría que firmar para pedir que este lujo de calidad asistencial no se degrade por mala gestión. Lo que deseo es que mis impuestos se empleen en este tipo de servicios, para mi hijo y para cualquier otro paciente que lo necesite. Isabel Solana. Valencia.