Le agradezco al señor Fernández Nicolau el tiempo que ha dedicado leyéndome y las molestias que se ha tomado al contestarme por escrito. Supongo que a García Calvo le hubiera resultado indiferente el uso que hago de sus versos: a fin de cuentas no defendía una tesis sobre su pensamiento, sino que expresaba mi opinión sobre la televisión que este país ha padecido y defendía una televisión libre. Será, como afirma el amable lector, un oxímoron, pero necesario, al menos, en el terreno de lo posible: si no es posible una televisión que no manipule, que no sea partidista, que sea plural... en fin, una buena televisión, entonces no tiene sentido que hablemos de manipulación, desinformación o de una televisión mala. Si televisión libre (ni tuya, ni mía, ni suya, ni de nadie) es un oxímoron, entonces ¿qué sentido tiene que critiquemos a RTVV porque es «suya» o «tuya» o de alguien? No crea, sin embargo: en sentido estricto coincido bastante con lo que afirma.

Admita, para finalizar, que atribuirme «una engañifa» es un prejuicio: prejuzga que en una opinión que no comparte existe una intención malvada. Quizá no es un engaño, sino ignorancia, un error, una opinión diferente... ¡yo qué sé!